Me extraña ver un vehículo estacionado a mitad de la poca y nada berma existente en el camino. Me detengo siempre imaginando que están dejando a un perro nuevo abandonado en el sector, me acerco a ellos con la intención de saber que sucede. Hoy hice lo mismo, me detengo, me acerco a ellos silencionamente, es una familia de cuatro personas, saludo, me responden, no es un perro el que están abandonando, los miro a sus ojos, sus ojos están brillantes, hay lágrimas de pena, llegan a estar rojos de tanto llorar, miro hacia el suelo, veo un bulto pequeño envuelto en una toalla blanca.
Nada que decir. Lo siento, dije. La pena, sin querer se logra meter en mi mente al recordar los perros abandonado encontrados atropellados muertos, que nosotros hemos enterrado sin haber sido sus dueños.
Es extraño ver que esa familia haya pensado en enterrar a su querida mascota Sakura en el camino, donde las mascotas son tiradas por la puertas de autos en movimientos, ellos la han llevado en forma delicada para darle sepúltura.
Sakura murió de cáncer a la mama, tenía siete años de vida, siete años donde disfrutó de una bella familia que la amó hasta el último de sus suspiros. Pienso, si toda la gente tuviera la humanidad enorme de esta familia, nuestro mundo sería otro mundo, mejor cada día. Creo que aún es tiempo de arrepentimiento en abandonar mascotas inocentes. Quiero pensar que se puede!.
Mientras el padre cava la fosa con chuzo y pala, conversamos, me cuentan la pena tan grande que están pasando, lo que fue la vida de Sakura, me apena, pero por dentro siempre positiva pienso, trato de darles consuelo en mis palabras, ellos al fin y al cabo le han cumplido a su mascota como debe ser. Les comento que yo tengo un cementerio de perritos en mi casa, ellos me explican el por que no podían enterrarla en la de ellos. La pena seguirá por días, semanas. Su dueña no deja de llorar, su madre la abraza. La tarde cae sigilosamente en el camino, está fría la tarde. Su hermana pequeña busca flores para poner encima de las piedras.
Ya con el corazón mas consolado nos despedimos, Sakura descanza en paz en un terreno solitario, con árboles que se mecen al viento, noches silenciosas donde hay cientos de ojitos a la espera de que alguien se fije en ellos. Hoy hay otra mascota mas en el camino, una mascota que fue amada y respetada por una gran familia. Cientos de lágrimas derramadas por un ser que lo dió todo.
La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal. Mientras sigamos teniendo su recuerdo en nosotros, nadie que muera, morirá.
Me subo a mi auto, sigo mi camino soñando que ojala todas las familias que tienen mascotas, se parecieran a esta que hoy tuve el privilegio de conocer. No existirían los perros del camino y nuestro universo tendría mas esperanzas de salvación humana.
NO MAS ABANDONO DE PERROS.
Marcela Opazo C.
Se busca a Luna
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Cómo están? Imagino que con pena como muchos chilenos viendo lo que ha
sucedido en el sur de nuestro país.
Quiero pedirles que nos ayuden a compartir estas ...
Hace 1 año.
2 comentarios:
Que hermosa historia de amor Marcela...siempre me llegan directo al corazon..tus palabras tan maravillosamente precisas para describir cada sentimiento, cada situacion...ojala que esta familia sane las heridas que ha dejado la partida de sakura, y asi puedan llenar su hogar "Dios quiera" con algunos otros ojitos silenciosos del camino, que buscan incansablemente la calidez de un hogar y los cuidados de una mano amiga...
Un abrazo!
A veces realmente me digo a mi misma que si todas las personas tuvieran en su interior la mitad de amor que su perro tiene hacia ellos el mundo seria un lugar para soñar.
Muy buenas narraciones las tuyas, verdaderamente.
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