Siempre que llueve pienso en ellos, los perros abandonados del camino de San Juan de Pirque. Luego de una lluvia intensa como fue la acontecida el 21 de julio, vino la baja de temperatura. Lluvia, frío, nieve trae consigo muertes de animales y los perros del camino no se salvan de estas.
Hoy Loreto a pesar de estar enferma, se levantó dándose ánimos para cumplir con una labor voluntaria responsablemente, ir a alimentar a los perros del camino. Desde allá me llama por teléfono para informarme lo que acontecía en su encuentro con el sector.
Marce, el camino está nevado, los perros estaban muertos de hambre, tiritando de frío. Quédate tranquila, yo estoy aquí.
Bastó eso para que yo no me pudiera quedar tranquila. Por la tarde cargamos el auto y nos fuimos. Comenzamos a subir, el hielo se siente que traspasa mi pantalón, las manos sin guantes se congelan, la cabeza sin gorro se enfría, la brisa cordillerana golpea mi rostro.
Llegamos al sector de la Difunta, donde hay cachorritos de tres semanas, ya están comiendo, les dejo una colcha nueva ya que las anteriores alguien se las ha llevado. ¡Que alegría de saberlos bien!...su madre los protege aún amamantándolos. Fíjense en la foto lo lindos que están, van a ser de tamaño mediano, están sanitos, démosle una oportunidad antes que mueran de frío. Todo está húmedo, todo mojado, y ellos sin una mano que los acaricie suavemente.
En cambio los mas grandecitos, la Catita y Marina, se acercan tiritando, no hay agua. De repente miro hacia atrás y veo una camioneta que se detiene, me siento perseguida por esta, pienso quizás me estén tomando foto de la patente para multarme y eso que el alcalde dijo que no lo haría, luego la camioneta sigue su curso, y a los segundos se devuelve, se vuelve a detener...me siento como si fuera una delincuente por los echos acontecidos, pero yo no le he robado, no he matado a nadie, todo lo contrario doy mi tiempo, mi dinero, y salvo vidas, tampoco he dejado basura en ningún lugar. Me siento impotente. Tengo que gritar: yo no hago nada malo, no tengo por que sentirme como una delincuente.
Sigo subiendo, el camino se hace mas oscuro, comienza a aparecer la nieve en las orillas del camino, los cerros están todos nevados, el frío cada vez se hace mas intenso. Del lado contrario comienzan a bajar los autos que han subido hacia el Cajón del Maipo, la gran mayoría trae encima algún monito de nieve hecho con cariño, hasta por sus adornos. Muchos piensan en la nieve como un disfrute maravilloso, estoy de acuerdo, pero cuando vemos los estragos que va dejando tras sus pasos, estragos negativos, dolorosos, la impotencia comienza hacerse presa de mí. En eso corre hacia nosotros el único hijo de la Romina, que se quedó obligadamente en el camino, miren lo lindo que está, está apto para darlo en adopción...¿lo quieres?En eso Martín aparece tímido como es el, con su colita entre medio de sus patas...el frío y mi pena se unen. Mi esposo aprieta mi mano dándome consuelo.
La subida se hace lenta observando, el paisaje es increíble, el camino está expédito, se frío se hace cada vez mas intenso.
Al pasar el campo de tiro, a un costado hay algo que me llama la atención, un cuerpecito frágil que hasta hace poco corría libre por los terrenos en busca de tan solo alimento, para, para, grito...nos devolvemos para verificar. No, no puede ser. Ahí está tirado el último cachorro sobreviviente de la Negra, que un día botaron con los show show, tirado en el suelo con los oidos reventados en sangre, su nariz seca, con su última convulsión despidiéndose de esta vida que tan solo le dió patadas en la cara sin haber pedido venir a un mundo donde nadie nos llama.
Las lágrimas impotentes comienzan a caer, hecho garabatos, me desquito...¿por que cresta la gente no piensa antes de abandonar a sus mascotas? Mi esposo nuevamente trata de consolarme, pero en mi no hay consuelo que valga ante la irresponsabilidad humana. Es la crueldad pura. Ese angelito, ya no responde, ya no siente...es su último suspiro. Lo tomamos con delicadeza, lo ponemos como abrigándolo dentro de un saco de alimento, le construidos una guarida con parte de la misma basura dejada en el lugar, quizás con algo de fe que un milagro no muera. Aunque ya está muerto.
La nieve en el suelo, en los árboles, en los cerros se va haciendo mas túpida, mas densa...llegamos a la arenera, toco para que puedan salir a llenarse algo su guatita, así podrán pasar el frío con mas ahínco, acostumbro a darles en el suelo en hilera, así ellos no pelearán por quien toca mas, son como aspiradoras eléctricas vitales para su sobrevivencia. No es ensuciar, ya que ellos se encargan que no quede ni siquiera un pellet que se pierda.
Seguimos subiendo, es más frío el frío de la nieve, hay más nieve en el suelo, los dedos de mis pies casi no se sienten, pero es lo de menos cuando hay algo que nos motiva, hacer de sus vidas un poquito menos triste. Casimiro y el Chocolate, al escuchar el motor de mi auto, salen despavoridos a esperarme, por lo menos ellos están en una casita, por suerte ha durado, hace poco le llevamos un plumón, pero alguien se encargó de llevárselo, solo tienen parte del colchón de espuma que un día alguien fue a botar como basura, lo recogimos, lo cortamos con Sandra y lo distribuimos para cuatro casitas, algo les protege y más encima ayudamos a limpiar el lugar. Casi y Choco se vuelven locos de felicidad, yo con solo mirar el ambiente vuelvo a llorar de rabia, de impotencia y así todo los abrazo, los beso.
Verifico que no les falte el alimento, sobre todo a ellos que están tan lejos, son los que mas sufren, son los mas abandonados del sector, los más desprotegidos, los mas humildes. El Chocolate se sienta y comienza a tiritar, entonces lo echo para dentro de su casa.
Miro hacia alrededor, la capa de nieve que cubre el piso es gruesa, de casi cinco centímetros de altura, mis zapatos se resfalan, se mojan, se pasan. Les dejamos llenito de agua el pote. Casi comienza a caminar, pero se equivoca y toma el camino equivocado, hasta se resfala sobre la nieve...que ganas de ponerle botitas de agua imaginarias.
Casi, Casi...voy y lo devuelvo al lugar. No olviden que Casimiro es un perro viejo, medio ciego, de mas de doce años, lo botaron por viejo, enfermo y desnutrido, hoy está hecho una exquisitez, pero sigue siendo viejo, quizás al verlo en las condiciones que yo lo ví, alguien me llame para adoptarlo...déjenme soñarlo por favor. Yo tengo fe. Gracias Mireya por tus intenciones.
Hoy Pirque registró la mas baja de las temperaturas -4.5º de frío. Ellos están allá esperando por alguno de ustedes, por lo que creen en lo que hago, por los que confían en este amor que siento hacia ellos. Lo mío no es fanatismo, sino AMOR...si hay alguien que me quiera quitar este amor, que lo haga, así ya no me sentiría tan impotente ante sus desgracias...pero mi lucha verdadera es la TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS.
La noche rápidamente se deja caer sobre los cerros de San José y San Juan de Pirque, el hielo se siente en mi respiración, paso a buscar a una perrita que fue abandonada en el sector hace dos semanas, nadie la ha visto, por lo menos hoy había alguien especial que la esperaba para acurrucarla entre sus brazos, para darle cariño y protección...así es el camino, un día están, y al otro no. No la encontré, quizás murió de hipotermia sin que nadie lo supiera.
"El mejor amigo del hombre"
NO MAS ABANDONO DE PERROS.
NO MAS MATANZAS DE PERROS.
Marcela Opazo
losperrosdelcamino