21 de agosto de 2008

"Mia Samira"

Siento que tiran baldes con hielo sobre mi cuerpo, mi piel se eriza...mis ojos, hinchados; mi mente, en blanco…

Cuando supe que vendría al mundo, la esperé con ansias pensando que pronto haría a mi madre feliz al ponerla en sus brazos, el destino quiso que mi madre partiera de este mundo el 3 de Marzo del 2001. Mi alma se llenó de dolor, nada me sacaba hacia la superficie, me veía caer en un hoyo sin fondo, a pesar de estar siempre acompañada por mi familia, así y todo la soledad se apoderó de mí, vivía gritando en mi pensamiento el nombre de mi madre, comencé a vivir mi duelo, hasta que el día 9 de Marzo del 2001, Mikaela, empezó con anuncios de parto, le preparamos su cuna para que pudiera traer al mundo sus cachorros tan esperados. A los minutos nació una hembrita, era tan pequeñita, tan diminuta, tan frágil y débil.

Mientras su madre seguía en proceso de parto, Daniela intentaba alimentarla para que pudiera sobrevivir.
Pasaron las horas, Mika seguía en trabajo de parto, cada vez le costaba mas, yo veía que algo no andaba bien. Llamé a su veterinario Dr. Víctor Villablanca, encontrándose fuera de la ciudad, me fuí urgente a otra clínica, me sacaron dinero y más dinero por tomar ecografías y verificar así, lo que yo les decía: que había otro cachorrito que no podía salir. No hicieron nada. Cuando llega en la noche el Dr. Villablanca, le cuento lo sucedido, me cita a su clínica, me hace pasar: cesárea.
Logró sacar al cachorrito, pero ya venía en malas condiciones. Asís, falleció al día siguiente, está enterrado en mi antejardín.
Desde ese día supe que la perrita que había sobrevivido no sería de nadie más que “mía”. Así fue como la llamé Mía, Mía Samira...que significa mi alegría. Fue ella la que cambió mi tristeza por alegrías.
Empezó a crecer junto a su madre, Mika, eran las dos maravillas que iluminaban mi mundo.
Era un gusto verlas correr por mi casa jugando, ver que cada vez que Mika tomaba leche, Mía se aprovechaba para colgarse de su alimento.

Ya no tan solo Mikaela dormía con nosotros, también Mía. Un día la dejé encima del sillón, y Mía por seguirme, con tanto ímpetu va y se tira, quedando inconsciente, sacamos el auto de prisa y nos dirigimos a la clínica. Diagnóstico: tec cerrado, por golpe en la cabeza…logró sobrevivir. Desde ese día nunca más intentó tirarse de ningún lado. Al año siguiente fallece su madre, mi hermosa Mikaela, atendida por el Dr. Villablanca. Falleció producto de un paro cardiaco por dosis excedida para su peso. Mikaela, pesaba 1.8 kilo. Esa fue la última vez que el Dr. Victor Villablanca atendió a mis perros, y más encima tuvo el descaro de cobrar por su consulta. Otra la vez la muerte me llevaba de la mano.
Mía quedó tan sola sin su madre, que desde entonces pasó a ser la "guagua" de mi casa. Era todo para nosotros. Tan pequeñita, tan indefensa, que nadie se explicaba como una perrita que pesaba apenas 800 gramos y medía diez centímetros, podría ser tan inteligente con tan minúsculo cerebro.
Un día paseando por Algarrobo, un señor se acerca al auto, y me ofrece quinientos mil pesos por Mía, quedé estupefacta, mi perra no tiene precio, respondí...empecé a cuidarla con mas ahínco, no la dejaba nunca sola en lugares públicos, jamás le sacaba mis ojos de encima, la protegía de todo lo que pudiera hacerle daño. Era tan dependiente de nosotros, tan especial como ella sola, siempre tan única como su madre. Toda nuestra casa giraba a su entorno, si se quedaba arriba del sillón, de las camas, de las sillas, o del auto, ella se comunicaba para que alguien la bajara, si se quería ir a acostar o comer, hacía lo mismo...para todo se comunicaba en su lenguaje. Quién dijo que los perros no se comunican?...que gran equivocación, ellos siempre se han comunicado con nosotros, solo que muchas veces somos nosotros que no sabemos ver, porque sencillamente no queremos.
Mía, fue ganándose cada uno de nuestros corazones, especialmente el de Basilio quién se trasformó en su amo y padre, pasó a ser su todo para ella, y ella sabiéndolo así, también sacaba su partido dentro de tanto amor que éste le entregaba. Cuando llegaba mi esposo, Mía lo sentía llegar, salía de su cunita corriendo a esperarlo, se hacía la chiquitita entre medio de los demás para poder ser la primera en que la tomaran. Logrado esto, en brazos de su amo, le lengüeteaba su cara, con la sola intención de morderle su nariz, luego se quedaba tranquila esperando que Basi se sentara a comer para que la tomara en sus brazos y cenaran juntos en la mesa. Cuando viajábamos, ella siempre a nuestro lado, siempre llamaba la atención de quienes la veían, por su tamaño, por su forma de ser, por ser ella nada más. Un ser pequeñito demasiado importante para nosotros, y eso que para algunos era solo un perro. Todos los demás perros nuestros la respetaban, ella era la primera y pobre de que alguien la mirara feo, Mía mostraba sus dientes, bastaba eso y el perro se alejaba.

En la playa Mía, peleaba porque la dejaran sobre la arena para irse al lado de Basilio, y eso que ser tan pequeñita le daba sus problemas, como que al correr, sus ojitos se llenaban de arena, gran parte pasaba en nuestros brazos. Cuando Basilio se iba a acostar, siempre decía: me voy a acostar, y Mía al escucharlo, "mandaba" que la bajasen del sillón, a su orden, el que estaba a su lado tenía que obedecerle, la ponía en el suelo y ella a cien por hora corría tras su amo para ir a acostarse, pero antes iba al papel de diario a orinar…solo faltaba que se lavase los dientes.
Muchas veces fue mi cómplice cuando me veía comer algo a escondidas, se ponía frente a mí para que le diera, y pobre de mí si no le daba...jajaja, hasta gritaba con la sola intención de echarme al agua, entonces yo me agachaba, le daba un poquito y se callaba. Cuando almorzábamos y no la tomábamos en cuenta, empezaba a carraspear con su garganta, parecía que le daban ataques, como las llamadas pataletas infantiles, hasta que alguno de nosotros la subía en brazos...ahí se quedaba tranquila.
Para bañarla, entibiaba el agua en el lavaplatos y con el máximo cuidado, evitando que el shampoo y el agua le entraran en los ojitos y oídos, la secaba con su toalla y luego rápidamente con el secador, empezaba por las patitas, era muy friolenta. Había que hacerlo rápido. En invierno, en esos días ultra fríos, luego que mi familia salía a sus labores, me dirigía a la cocina a buscar la bandeja con mi desayuno y llevarlo a la cama, ella al verme comenzaba a dar vueltas por toda la cama, contenta, como diciendo: que rico, que rico…!
Junto a todos mis perros tomábamos desayuno, y para que les cuento cuando llegaba la hora de levantarse, medio escándalo que hacía…se metía entre medio de las sábanas para que no la pillarán…y cuando tenía que hacer la cama, yo estiraba la ropa hacia atrás, entonces Mía me retaba y tironea que tironea la sábanas, terminábamos jugando y dándonos besitos.

Por las noches siempre soy yo la última en acostarse, ella salía del lado de Basilio, me ladraba despacio retándome como diciendo: ¿por qué no te venías a acostar?...a la hora que vienes...luego se encogía de hombros y se metía en mi cuello, que maravilloso era sentir su respiración tan cerca de mis oídos, su suave y tibia naricita en mi piel. Al recordar… ¡cómo no volver a sentirlo, mi Dios!...es casi imposible.
Un día mirándonos ambas a los ojos, le digo: Mía…haz un viejito. Para que ella supiera lo que era un viejito, yo cierro mis ojos una y otra vez, hasta que de repente la veo a ella hacer lo mismo. Mía, digo, pudiste…y me la comí a besos. Luego le digo: un viejito mas laaaargo…y yo quedo con los ojos cerrados unos minutos, la miro, y Mía está haciendo lo mismo que yo…
Desde aquel día cada vez que Mía quería conseguir algo, me miraba y cerraba sus ojos una y otra vez. Cómo me iba a ser la tonta, si yo misma le había enseñado a comunicarse conmigo. No hubo día que no le dijera cuanto la amaba, y Mía respondiéndome, bajaba sus párpados lentamente como diciendo… yo también…en su lenguaje de ojos.

Mia Samira era lo máximo en mi vida. Jamás estuvo enferma, ni siquiera un resfrío, hasta que un día no tuvo ánimo de levantarse, lo mas extraño era que no quería comer, y al tocarle su guatita se quejaba. Sin pensarlo dos veces la llevo al nuevo veterinario que se hacía cargo de mis perros, la examina, le toma radiografía y diagnóstica piometra, debiendo ser operada de urgencia. Confiando en Dios y en él, no me quedaba otra que aceptar. En ese momento mi cuerpo angustiado, sufría por verla en esas circunstancias. Había que esterilizarla lo antes posible. Mía, tan pequeñita, desvalida e indefensa, tendría que sufrir ante los dolores post operatorios, si es que sobrevivía. Los ochenta mil pesos que me cobró por la cirugía eran la nada misma comparada con la felicidad de tenerla conmigo, viva. Dejé todo de lado, para cuidarla lo mejor que podía, sin dejarla ni un segundo, si antes le aguantaba todo lo que se le ocurría, imagínense después. Desde ese día Mía pasó a estar "prestada" para nosotros. Ya eran seis años de su vida que disfrutábamos , el doble de vida de Mikaela, y eso ya era un gran premio en mi vida. Agradecía cada día que ella lograba vivir. Desde la operación nunca volvió a ser igual. Se le sentía de repente algo de ruido en sus pulmones que luego pasaba.

El 24 de Mayo, de este año, Mía se levantó de mala gana, otra vez su guatita hinchada, sin querer comer, era extraño. Me recomiendan supuestamente la mejor clínica veterinaria “Bon Amie” ubicada en Avda. Macul 2506. Me voy en forma urgente esperanzada que ahí van a descubrir de inmediato lo que tiene ya que atiende una veterinaria especializada en razas pequeñas, pero justo ese día no se encontraba, me hicieron pasar y Mía fue examinada por la Dra. Patricia, quién diagnosticó infección estomacal, le inyecta antibiótico, y le receta para la casa Baytril en comprimidos, un cuarto cada 24 horas, recomendándome muy especialmente que se le hiciera un destartraje que en su Clínica costaría aproximadamente $ 55.000 con anestesia a gas. Era irrisorio, Mía solo tenía cuatro dientes, y el cobro era para un perro normal. Me despido, paso a cancelar el valor de la consulta $ 15.000, incluido el remedio inyectado. Confiada me dirijo a la farmacia a comprar el antibiótico. Lo primero que me pregunta para quien es?, yo respondo es para mi perra, a lo que me dicen…¿Por qué en comprimidos si es tan pequeñita?...Debió ser en jarabe.
Estuvo con antibióticos durante los siete días, yo seguía viendo que no estaba bien, luego la llevé casi en contra de mi voluntad a otro veterinario, quien le pidió un perfil bioquímico, se hizo, quedando demostrado que era una colestasia, una fuerte inflamación al hígado, seguí las indicaciones del médico a ojos cerrados y al pie de la letra, se puso a régimen especial, solo podía comer pollo y arroz, mas sus medicamentos Proteliv en gotas y Tolt 12 jarabe. Poco a poco se iba restableciendo, su ánimo, volvió a ser el de siempre, pero yo veía que bajaba de peso y al salir de su camita le costaba levantarse, me volví a preocupar, la llevo donde el veterinario que la había operado para que me sugiriera que hacer. La examina, y me dice: Solo hay un veterinario especialista que puede hacer algo por ella. El Dr. Cataneo, de la Universidad de Chile. Pídale una hora urgente para que le examine la columna. A los dos días la llevo donde el Dr. Cataneo, le hace tomar radiografías en forma urgente. Me pregunta…¿que médico la vio la primera vez? Le cuento. No es posible que no se hayan dado cuenta.
Mi Mía ya no es capaz de mantenerse sola. Diagnostico: enfermedad degenerativa en los huesos, rótulas no funcionan. Pocas posibilidades de ser operada para intentar restablecer la firmeza de sus piernas. No hay probabilidad que quede bien, por lo pequeñita que es, es casi imposible una operación, solo sería hacerla sufrir. Si esto lo hubieran detectado el mismo día que fue llevada a la clínica en Macul, habría tenido otro diagnóstico. Con pocas esperanzas, se le inyecta corticoides para ver su progreso, con la intención de seguir haciéndolo el mes siguiente. Mía estaba desahuciada. Llegaría el día en que no se pararía más de su cama, lo que sucedió al día siguiente. Mía nunca mas se levantó sola, nunca más la veríamos correr, encima de mi cama, por la orilla de la playa, o a la puerta a esperar a Basilio que llegase del trabajo. Desde ese día nosotros cuatro, pasamos a ser sus piernas, sus brazos. Ella seguía comunicándose para darnos a entender lo que necesitaba. Cada vez que quería algo, levantaba su voz y corríamos a ver que era. Avisaba para que la lleváramos al baño, la tomábamos con cuidado, le poníamos una fajita que la pudiera sostener e intentar mantenerla de pié para que lograra hacer sus necesidades, luego la secábamos, limpiábamos sus patitas, le hacíamos cariño y la devolvíamos a su cama, desde ahí hacía de las suyas. Le preparaba su comida, pechuga con arroz y verduras, le llevaba el pocillo a su camita, que alegría verla comer, como le hacía chupete con apenas sus cuatro dientes, con que ganas sus ojitos me miraban y me decían que me amaban. Te amo Mía, te amo tanto, le repetía una y otra vez, y ella como si supiera cerraba sus ojitos laaaargo, y yo me la comía a besos y caricias. Se me hacía tira el corazón de solo pensar que llegaría el momento en que no avisaría más sus necesidades, no importa, me decía a mi misma, le pondré pañales, mientras este comiendo, hay vida, pero llegaría el día en que dejaría de comer, y yo tendría que darme la valentía que no tengo, para hacerla dormir obligada. Me decía a mi misma...mientras yo esté viva, mi Mía esté comiendo y comunicándose, no lo haré. La semana pasada se resfrío, estuvo con antibióticos, fueron noches sin dormir, noches de sentirla que sus pulmones eran una olla de porotos, dormía entre mi esposo y yo, para que en caso de necesidad uno de los dos se diera cuenta. Cuando no podía dormir, le gustaba que yo le cantase:
Esta niña linda, no quiere dormir…
quiere que le traigan, flores del jardín.
Mientras las lágrimas caían por mis mejillas, yo cantaba y cantaba. Bastaba que yo terminara de hacerlo, Mía se quejaba,como llamándome la atención, entonces yo reía…para volver a cantarle y ella volvía a estar bien…fueron noches largas sin dormir, pero que importaba, si ella estaba feliz de que la regaloneáramos, de saberse amada…segura, a pesar de su estado de salud.
Cuando íbamos al camino, ella era la primera en gritar que quería ir, siempre le gustó andar en auto, daba unas fiestas al salir, pero al volver hacía un escándalo que ni les cuento, para no bajarse del auto. Recorría con nosotros todo el camino, acostada en su cama, bien abrigada para que no fuera a sentir frío. Que gusto daba verla, mientras yo subía y bajaba alimentando, ella se entretenía mordiendo con sus esquivos cuatro dientes, uno de aquellos cartílagos en forma de huesitos comprado a Don Roberto. Yo tenía esperanzas que pronto estaría bien. El miércoles 20 de Agosto, por la mañana, a mi esposo le correspondía ir a terreno a trabajar, entonces yo voy de chofer, y de pasadita llevo a la Mía para que nos acompañe, se distraiga y así no está sola. Vamos saliendo de casa cuando llega Magda, Mía la ve y le guapea, hasta le ladra…todos nos reímos porque era una maravilla verla lo bien que se encuentra. En el trayecto, ladra, come, toma agua, orina…pasamos todo el día trabajando, hasta me dí el tiempo para pasar al Santuario de Lourdes a dar gracias por su salud, y al estar frente a Jesús le doy gracias y le digo: no hagas sufrir a mi Mía, prefiero que te la lleves antes de verla sufrir. Dejo las velas encendidas, y me vuelvo al auto donde me espera Basilio junto a Mía que duerme placidamente. Sin hablarle, me dirijo a casa luego de haber terminado nuestra labor. Vamos llegando a casa y le digo: Mía vamos llegando a casa, no vas a gritar. Todo silencio, mi esposo se había bajado a abrir el portón, entro el auto, le vuelvo a conversar, no me responde. Miro hacia el asiento de atrás, la veo respirar con dificultad, prendo la luz, la tomo en brazos y grito…abre el portón, vamos al veterinario, rápido, rápido…viene mi hija, Daniela la examina y le dice: Mía, ándate…ándate tranquilita, tu mami te está esperando. La tomo en mis brazos…mis lágrimas parecen ríos fluyendo por mis ojos… mientras le cuento que adonde irá la espera un mundo muy lindo, un arcoiris de cientos de colores…la incito a que se vaya para que lo conozca, que no tenga miedo, allí la estarán esperando su mamá Mikaela, sus hermanos de familia: Reina, Jujú y Firulai… que un día nos volveremos a encontrar…que le dé saludos a todos mis perros que ya partieron, cuando…

Mía falleció en mis brazos a las 20 horas del día 20 de Agosto de 2008.


Cuando yo parta de este mundo para irme al tuyo, te buscaré entre todos los perros del paraíso, bastará que ubique ese chaleco rojo que tanto te gustaba...serás la primera que encuentre.

TE AMO MIA SAMIRA...No habrá tiempo ni espacio, que te borre de mi vida.

Marcela Opazo C.




19 de agosto de 2008

"Las Chasconas"

Nacieron en el camino, ambas eran chasconas, quizás de la misma camada, pero totalmente diferentes en temperamento. Para poder diferenciarlas, a una la nombre la Chascona Gorda y a la otra, la Chascona Flaca. A través del tiempo, con las dos creé lazos, pero de diferente manera.

La Chascona Gorda era confiada, coqueta, tierna, tal vez un poco hambrienta para su edad, media porfiada, pero con solo mirarme y ver en sus ojos negros relucientes su brillo de existir, le perdonaba todo y la volvía a acariciar, hasta que me cansaba de llamarle la atención y la agarraba a piedrazos cuando la pillaba acostada en medio de la calzada, ya que no entiende ni con el mocho lacha como decía mi madre.

La Chascona Flaca, era desconfiada, insegura, siempre me observaba de lejos como queriéndose acercar, sin hacerlo, pero igual sentía esos deseos de esperarme, de salir a verme, aunque no lo hiciera, era la última en comer ya que no peleaba por su alimento, sino que esperaba que los demás lo hicieran y al último ella.

Ambas tenían la ocurrencia de acostarse en el medio de la calzada, y en una de esas veces no faltó el auto que hizo el quite a atropellarlas. Ambas se preñaron casi en la misma fecha, y una de ellas estando en estado, fue golpeada por un auto, tirada lejos por el aire. Ese día andábamos con Magda, ni por mas que le hicimos señas al imbécil para que no la atropellara, lo hizo igual. La Chascona Flaca se paró, y en medio de su dolor corrió a esconderse entre los matorrales. La buscamos sin hallarla, hasta seguimos al tipo para enfrentarlo, pero el muy desgraciado pisó el acelarador a fondo y se perdió entre las curvas. Con el tiempo, la volvimos a encontrar, estaba gordita a punto de parir.

La Chascona Gorda, tuvo sus cachorros debajo de los arbustos, casi en la vereda, en cambio la Chascona Flaca se fue a esconder entre los cerros para cobijarlos y darles protección.

Los cachorros de la Chascona Gorda, fueron acariaciados casi de inmediato de que nacieran, en cambio los de la Chascona Flaca, jamás los pude tomar.
¿Quieres conocer a la Chascona como madre y a sus bellos hijos?...entonces mira su video, tal vez no es de los mejores, pero sí, de mucha ternura, de amor y de creer en la vida:

En enero, llevamos a cabo un operativo de esterilización de los perros del camino, ciertas personas, con el apuro de cazar las perras, por ignorancia al no haber ido nunca al camino, cometieron varios errores, entre ellos agarrar perras que eran madres y dejar a los cachorros abandonados en el lugar. Con Chascona se cometió una de estas equivocaciones...¡Que impotencia sentíamos por lo acontecido al ver que Chascona estaba inquieta y nerviosa, sin poder hacer nada encerrada dentro de una jaula...,al darnos cuenta de lo sucedido, con Magda, Maca y Jose, nos dirigimos de inmediato al lugar a buscar a los cachorros, aun pensando en no encontrarlos. Jamás se aparta una perra de sus cachorros mientras los esté amamantando, y menos dejar a los cachorros sin su madre entre tanta soledad y abandono, ya que es ella quien vela y protege a sus hijos. Luego de recuperar a los cachorros estos fueron puestos junto a su madre, la Chascona. Fue entonces que se logró esterilizar a la Chascona Gorda, no así a la Chascona Flaca.

Los cachorros de la Chascona Flaca, crecieron corriendo inseguros entre los cerros hasta el día de hoy que le sobreviven solo dos de aquella camada, en cambio los cachorros de la Chascona Gorda algunos se dieron en adopción y los otros murieron atropellados en el camino. Al paso del tiempo, la Chascona Gorda, volvió a ser libre, se dedicó a correr, jugar, y... a comer, volvió a su lugar de antes donde me espera cada vez que siente que voy llegando.

La Chascona Flaca, estuvo con sus perros gran parte del tiempo, hasta que lamentablemente volvió a preñarse, solo que esta vez nunca logré encontrar a sus cachorros, no se si habrán podido sobrevivir.

Hoy el mundo de estas perras, las Chasconas, es totalmente diferente.
Siempre que veo un bulto en la berma del camino, me detengo, pues ese día me detuve al ver uno, me bajo del auto, me acerco, observo quien es...cierro mis ojos apretados, como para cerciorarme que era ella. Que mas se podía esperar...que alguna de ellas muriera atropellada.

Era la Chascona Flaca, con su carita humilde llena de tristeza. Con la ayuda de Chicho, la puse dentro de un saco y en forma simbólica la ocultamos. Ya la Chascona Flaca no existe en el camino, pero sí, sus herederos que viven escondiéndose y observando a lo lejos en que lugar les pongo la comida para que los perros grandes no se la coman toda.

Estos son los hijos sobrevivientes de la Chascona Flaca.

En cambio aún es posible que entre ustedes, quienes leen estas letras podrá estar la persona que quiera adoptar a la Chascona Gorda, antes que sea tan tarde como lo fue para la Chascona Flaca.
Hoy es solo la Chascona, no es necesario ponerle un segundo nombre para distinguirla. Estoy segura que quien la adopte, tendrá en ella una especial perrita de compañía, donde con solo mirarse en sus ojitos negros brillantes, los cautivará con su inocencia perruna.

Si la quieres adoptar, por favor comunícate conmigo lo antes posible. Mientras mas luego sea, le estaremos evitando el dolor de morir sola y atropellada.

NO MAS PERROS ABANDONADOS

Marcela Opazo

18 de agosto de 2008

"La Bigle"



La Bigle, así la llamé por su gran parecido que tenía con la raza beagle. Llegó al camino aproximadamente 4 años, era demasiado insegura, siempre se sentaba a lo lejos y me miraba como diciendo: no me vas a hacer daño?...yo la miraba y le contestaba:


Venga, no tenga miedo...entonces me tiraba en el suelo para darle confianza y que ella creyera instintivamente que en algo nos parecimos.
De a poco se fue acercando, cadaa vez mas...que emoción sentí cuando se acercó de golpe y porrazo a mi auto y a comer.


La tomé en brazos, puse mis manos sobre su cabecita acariciándola, ella humildemente bajó sus ojos y me dió un hocicazo en la cara...yo reí, pero me dolió el golpe. Siempre andaba sola, no le gustaba permanecer en jaurías. Desde su acercamiento, nunca mas se alejó. Era la primera que llegaba corriendo a mi auto, mas que a buscar alimento, ella iba por una caricia en su cabeza, parecía que eran mas ricas mis caricias que los pellet.

La Bigle, era la sonrisa continua, con su movimiento de cadera reguetonera que daba gusto ver como se contorneaba para conquistar a la persona que quería que la acariase. Tenía la costumbre de seguirme, era un as corriendo con tal de conseguir una caricia. Y el día que no la encontraba, me daba el trabajo de buscarla por los lugares que supuestamente ella podría estar.

Un día se me perdió por mas de una semana, cuando de repente yo miro hacia un lugar y ella andaba con una cantidad de perros que jamás imaginarían, pero al verme se dió el trabajo de salir de la jauría para irme a saludar. Yo no me dí cuenta, solo que cuando se fue vi a los perros en situación de monta. La pena carcomía mi corazón, la impotencia hacia presa de mi debilidad de no poder que hacer, solo atiné a pensar que hay alguien mas poderoso que nosotros. Intenté confiar una vez mas. He aprendido que soy demasiado vulnerable ante los acontecimientos que se me presentan.



Comenzaron a pasar las semanas y yo veía que la Bigle, engordaba y engordaba. Era seguro que estaba preñada. Comencé a llevarle vitaminas, calcio, galletas de huesos, huesos carnudos para que se pudiera restablecer bien. Era tan difícil para mí, verla en esas condiciones, y mas aún sin poder hacer mas que cuidarla entre comillas, de lejos. Mi labor como mi sueño, es crear conciencia sobre Tenencia Responsable de mascotas, que no es lo mismo llenarse de mascotas en forma irresponsable como sucede en muchos casos que ya son ultra conocidos, llegando a ponerse la soga al cuello por no alcanzar a alimentarlos, y comienzan a deshacerse de ellos, o sencillamente a pedir ayuda para poder sobrevivir.
Esto lo digo por si hay alguien que piense: porque tu no te la llevaste?...Porque yo no tengo ninguna responsabilidad de hacerme cargo de los perros que abandona la gente, y si lo hago, solo es mi opción que yo elegí para ayudar y proteger de alguna manera a los perros abandonados que encuentro en mi camino. Ellos no tienen culpa de lo bestias que pueden resultar algunos seres humanos. Claro que si yo tuviera un lugar grande, donde hubiera espacio para muchos perros, que estuvieran libres, no enjaulados ni en caniles, tengan por seguro que la Bigle habría sido una de las primeras que me hubiera llevado.
La Bigle se volvió a perder, deduje que estaría por parir o había parido ya, por la fecha en que se había cruzado. Llegando al lugar de la vertiente donde muchas veces cargamos agua para poder seguir subiendo, la veo que se asoma a lo lejos, pero no baja, solo era para avisarme que estaba bien. Su cuerpo hacía presa de haber parido hace poco.


Solo bajaba a tomar agua,le gustaba meter todo su hocico en la vertiente, luego se pegaba su sacudía normal reguetonera y se iba sin comer.


Volvia a alejarse, sin poder encontrarla, la busqué y busqué, hasta que mi esposo la hayó. La encontró en un lugar alejado de donde ella acostumbraba habitar. Ella bajaba del cerro al escuchar llegar mi auto, luego comía, esperaba a que la acariciase y se iba con un huesito en su hocico. Pero aún no conseguíamos encontrar a su pequeñitos.


Un día la encontré con los ganglios inflamados, le di antibióticos, antinflamatorios y sobrevivió a su infección. Una tarde, al verla que se iba alejando, mi esposo la siguió sigilosamente hasta que pudimos dar con el gran escondite de su familia. Los fue a tener en una cueva en plena tierra, toda tapada de ramas.


Tenía cinco cachorritos, que ni por nada se dejaban tomar. El día del operativo, fue un trabajo intenso que nos dieron para poder sacarlos de la cueva en que se encontraban, estuvimos mas de una hora con José, Basilio, Magda y Jaqui, tratando de sacarlos para poderlos llevar junto a su madre y esterilizarla. Los tomamos a todos y los llevamos al sitio del suceso.

Que emoción sentí ver que la Bigle ya estaba esterilizada, ya no volvería a sufrir como lo había hecho desde tan pequeña siendo madre.

De a poco con el tiempo se fueron desapareciendo los cachorros, y ella empezó a vivir su libertad, recorría todo el camino detrás de mi auto, de repente lograba subirse y se acostaba en el asiento trasero inmensamente feliz, y yo veía que de lejos siempre había alguien que la observaba. Mas tarde descubrí que era el único cachorro que había sobrevivido de su camada, un cachorro inseguro con los humanos tal cual como era ella.


Tuve el placer de dejarle una casita copeva exclusiva para ella y su hijo, en el lugar que últimamente habitaban. Ella eran tan feliz, que ni se imaginan.

La última vez que la ví, hace aproximadamente un mes atrás, yo había subido en compañía de mis amigos colombianos, quedando maravillados por su forma de ser. A la semana siguiente no la ví, y me extrañó ver a su hijo a quien llamo Martín, solo recorriendo lugares donde era común encontrarlos a los dos.

A la semana siguiente, entro en el sector, y desde el camino diviso uno de los potes de pintura grandes, que mi esposo corta para dejarlos en sectores donde hay mas perros y puedan tener agua suficiente para abastecer, y que personas inescrupulosas los sacan, los cambian, los corren pateándolos botándoles el agua. Me fuí directamente a buscarlo para volver a llenarlo, me acerco, lo tomo, lo subo a la maletera, luego me subo al auto, miro hacia adelante...sorpresa...había un cuerpo que de lejos no lograba distinguir. Me acerco, me bajo, con temor a descubrir lo que no quería aceptar, me acerco y descubro...


Era mi Bigle reguetonera, muerta, tenía todo su hocico lleno de guzanos, ya expelía el olor a perros muertos. Con pena, la miro por minutos en silencio, siento que de lejos alguien me observa...dirijo mi mirada hacia el...es Martín que mueve su cabeza y suspira como sabiendo que yo la encontraría. Se queda sentado mirándome.

Mi Bigle como yo le llamaba, sin ser mía, estaba muerta a mis pies, seguramente no fue muerte natural, ya que su carita demostraba haber sufrido, tenía signos de dolor, eso me llamó la atención, y ahí comienzan mis interrogantes:
¿Cómo murió?...¿La atropellarían?...¿Porqué tantos signos de dolor?...¿Porque estaba en ese lugar?, siendo que yo, ya la había buscado ahí durante los días anteriores y no la había encontré.

No puedo dejarla ahí, en medio del campo propensa a que se la coman los demás y los zorros que de vez en cuando he logrado ver. Los lazos creados con ella, nadie los derrumba, y yo respeto esos lazos hasta después de la muerte.
Hice trizas corazón, tomó aire, una y otra vez, me fuí a la maletera, retiro un saco vacío de alimento, puse bolsas nylon en mis manos, sin respirar, la tomo de sus patas traseras con mucho respeto, le converso, le pido disculpas por llegar tan tarde, por no haber podido hacer mas que lo que hice...las lágrimas recorren mis mejillas...y a solas en medio de la tarde que empieza a oscurecer, le doy entierro simbólico.
Luego al llegar a casa y pasar las fotos al computador, las amplío, no noto nada extraño en su cuerpo que haya sido atropellada, cuando de repente a 20 centimetros de su cuerpo hay un cartucho de escopeta, empiezo nuevamente a buscar algo en su cuerpo y descubro que debajo de su mandibula has dos hoyos, no puedo asegurar que alguien la mató a propósito, con tiros de escopeta, pero no me quita nadie de la cabeza que la mataron a propósito, a ella que nunca le hizo daño a nadie.



Adios mi Bigle reguetonera, mi cumbia culebrera...mis ojitos negros llenos de inocencia...algún día nos volveremos a encontrar.

Han pasado los días desde aquella vez, he vuelto a recorrer el camino, pero ya no es igual sin su presencia, la hecho mucho de menos, aún la llamo sin que nadie se me acerque en su nombre.

Martín ya no está en el lugar donde vivía con su madre, aprendió que tiene que pelear para poder sobrevivir, que tiene que luchar por su alimento a como de lugar, pero sigue siendo un perro muy tierno, tiene la misma mirada humilde de su madre, estoy segura que si alguien lo quiere adoptar, el va a ser el perro mas fiel, podría aprender a conocer a los humanos, a perder ese miedo que tiene en su ser.
Si te has emocionado y esta historia tan insignificante para algunos ha tocado tu corazón, entonces ayúdame hacer realidad mis sueños, poder sacarlo de ahí y darle un hogar verdadero donde pueda aprender lo que es el amor del humano lleno de bondad y generoso. Este es Martín.


Déjenme que siga soñando...con un mundo mas feliz para los perros que son abandonados.
Si lo quieres adoptar, comunicate conmigo, yo pondré todo de mi parte como lo he hecho siempre, solo por tener la ilusión de recuperar un perro abandonado del camino.

Marcela Opazo

17 de agosto de 2008

"El Sr. de la Querencia..."



Les presento al Sr. de la Querencia. No se rían pero prefiero llamarlo así, que decirle Cabrón que es como acostumbramos para diferenciarlo de los machos.El Sr. de la Querencia, es un perro que nació en el camino hace ya sus buenos años, era hijo de una perra siberiana que dejé de ver mas o menos como en Enero. Cuando nació no pude encontrar la perra con su camada, así que éste se crió abrutado, violento, aprendió a que tenía que cazar para poder comer, que tenía que pelear para poder sobrevivir en la selva del camino. El nunca ha sabido lo que significa que un humano lo ame, así que no nos tiene mucho aprecio que digamos, por mas que yo en forma personal intente acercarme y alimentarlo, el se escabulle, me mira a lo lejos, se da media vuelta y se va.


Es un perro demasiado sensual, misterioso, con una mirada penetrante que irradia pena, es fuerte fisicamente, todos lo respetan por que es el mas grande, el que se la sabe jugar por conquistar a una perra, y cuando lo hace, no hay nadie que lo pare. Es egoísta con el mundo. Este Sr. de la Querencia es un Don Juan empedernido, apasionado como el solo para hacerse querer por las hembras. Se cree amo y señor del camino, lo recorre en gran parte con su séquito de doncellas que continuamente lo siguen, incluyendo sus propias hijas sembradas en el camino, que a la larga serán convertidas en madres por el mismo.

Al mirarlo, pareciera que nada lo hace feliz, trae consigo las frustraciones de no haber tenido nunca un hogar, a mi modo de ver es una víctima de la propia sociedad, de aquellos que dejaron abandonada a su madre en el camino, sin esterilizar, lo que conlleva a que se preñaría y dejaría cientos de vidas echadas a su suerte. Algo que veo a diario cuando una perra abandonada sin esterilizar, se ve envuelta en estos causes de sufrimiento sin tener nada mas que hacer que dar a luz a otros cachorros no deseados en un lugar donde mueren hoy mas de frío y soledad que de hambre.

Los machos que lo rodean, prefieren tenerlo como amigo que como enemigo, así que ante un plato de alimento, los mas débiles prefieren no comer, hacerse a un lado y cederle el lugar. Es la vida que le tocó vivir, como casi exiliado, sin patria, sin honor.

Por las noches se esconde entre las sombras, entre los árboles, entre los cerros, haciendo de las suyas, como un macho cabrón.



A mi modo de verlo, mas que patrón de fundo, solo le falta una sola cosa para ser el "Rey del camino": Su corona.



Seguiré pensando que el no tiene ninguna culpa en el mundo, es otra víctima mas de un humano.

Si alguien lo quiere adoptar...bienvenido sea.

Marcela Opazo

No mas abandono de perros

16 de agosto de 2008

"Los Pequeños"

Que manera de llover, tan túpido, tan fuerte...muchos dirán igual que siempre, de arriba hacia abajo.
Anoche al sentir como caía la lluvia encima del techo de mi casa, pensaba como estarán los "pequeños" como le llama mi estimada amiga Everest y pedía a Dios que los iluminara para que se pudieran meter a las casitas copeva, o sino los llevara a un lugar donde se pudieran cobijar de ella y del frío que hacía. Estaba tranquila porque gracias a Loreto que había ido el día anterior, ellos tenían por suerte, su guatita llena, y por ende imagino que sentirían menos frío.
Hoy fuí como de costumbre, ellos huelen de lejos mi auto...quizás a que olor olerá que les gusta tanto...jajaja, llegan como abejas a un panal. Los pequeños, me dan aliento a seguir, de solo mirarlos como se ponen de contentos con las cosas ricas que creen que les llevo, aunque sea pan del día anterior o huesitos pelados porque los carnudos salen muy caros para tanto perro. Los pequeños entregan a mi alma un regocijo que quizás pocos deban sentir como lo siento yo. Es vivir plena con lo que me ha tocado en este mundo.


Comenzamos como siempre, ahí estaba ella la gorda orejona que está preñada y quizás lo mas seguro que sean del policial que está dentro de la reja, pero que no puede salir, así que le llevo su alimento al lugar. Agradecido imagino que me sonríe al mover su cola.
El día estaba expectacular de lindo...yo le temo a esos días, ya que hay mucha gente que sube pensando que encontrará nieve, van a pasear con su mascotas y de pasadita la dejan en el lugar, algunos pasan rajados en sus autos, no respetan a nadie, menos van a respetar a un vulgar perro abandonado, verdad. A propósito de esto...estaba en el lugar de la Flaca, cuando se detiene una señora y me dice: Lo que hace ud. es bueno, pero también muy malo.
Entonces le discrepo preguntándole: Y quién es ud. para decir que lo que yo hago es bueno o malo?, a lo cual por supuesto le cambió la cara. Entonces dijo que por mi culpa sucedían accidentes, que ella había "pisado" un perro, por supuesto que me preocupé no por ella, sino por el perro...solo fue una pisada, replicó. Me sorprendió la manera de juzgarme, sin tener derecho a hacerlo. Ahora les pregunto: ¿de quien es la culpa...de la persona que va manejando sin poner atención al camino o a exceso de velocidad y atropella un perro, o es del perro que no sabe que lo van a atropellar?...La culpa es de los perros y mía...jajaja, por darles alimento. ¿Que les parece?

Realmente me dieron pena sus respuestas, personas como ella deben haber miles en Chile, que viven preocupadas de ellas mismas sin mirar que le sucede a su prójimo, menos se van a preocupar de un perro, y menos de un perro abandonado.
En todo caso quienes no me conocen, no saben que me importa un comino lo que piensen de mí...solo se que a los ojos de Dios, el me premia a diario en darme la felicidad que tengo en mi vida. Quienes me leen y me siguen,o quienes me conocen, saben muy bien de lo que escribo. No ando con rodeos, ni hipocresías con nadie, voy directo a lo que me concierne. Tampoco me escondo.

Volviendo al tema de los pequeños, en el lugar donde está Negrito con la ayuda de mi esposo, mi hija y un allegado que andaba en bicicleta, pudimos sacarle un huache que casi amputaba la patita del Cholo, puchas que nos costó tirarlo al suelo y afirmarlo, estaba bravísimo por el enorme dolor que sentía, mientras ellos lo afirmaban yo sacaba ese maldito alambre, pero contenta de haberlo logrado una vez mas. El Cholo se levantó, al comienzo nos miró casi enojado, pero luego hasta supo agradecer cuando lo premiamos con una galleta con paté...se la comió enseguida. Cuando en eso me dice el allegado ciclista: Vieron los cachorros que están a orillas en el camino?...que cachorros?...nos devolvemos con mi esposo al lugar y claro, la gente maldita de seguro fue anoche escondidos en la lluvia a dejarlos, y medio irrisorio hasta un pote con agua tenían, ellos estaban todos juntitos para poder capear el frío que traspasaba desde la humeda tierra hacia sus frágiles cuerpos tiñosos.
Para tí que los fuiste a dejar, va este mensaje, si me lees:
Los fuiste a abandonar porque tenían tiña...verdad... los cinco cachorros están con tiña, no fuiste siquiera capaz de pensar que morirían de frío, de hambre, porque puchas que tenían hambre. Eres tan miserable que no te alcanza ni para haberle dejado pan duro?...ya no me preocupo de los que van a dejar sus mascotas abandonadas en el camino, solo pido a Dios que se las cobre una por una, y donde mas les duela, y cuando eso suceda...te acordarás de este día en que fuiste a botarlos como basura sin ningún remordimiento. Haré lo que mas pueda por ellos, y Dios que me juzgue...por lo menos estoy segura que estarán mejor que en tu asquerosa casa.

Cinco pequeños nuevos, sin contar dos más, esquelitos, uno de raza pitbull, super juguetón y el otro un boxer inseguro, muertos de hambre.

Antes me preocupaba mas, creo que al paso de los años, de tanto estar en contacto con los animales, hay veces que mas me importan los animales que los humanos. Hoy solo intento dar lo mejor de mí a aquellos perros abandonados que encuentro en mi camino.

Seguimos subiendo, "los pequeños" salen a encontrarme, vemos que la lluvia ha dejado estragos en la tierra por tal cantidad de agua, ésta corre por todos lados, viene desde los cerros cayendo en forma de esteros, sin siquiera disculpar a las casitas copeva que casi nadan en la tierra. Algunos pequeños han salido atemorizados a resguardarse debajo de los árboles que ni siquiera los cubren. Basi y Dany, se dedican a correr las casitas para volver a colocar a aquellos pequeños nacidos en el camino, devolverlos a su hogar que mas que mal algo los protege del frío.
Miro hacia adelante, el camino está bastante instransitable, el agua corre hacia el río, hay signos de haber derrumbes, piedras que estorban, pasamos con cuidado, lamentablemente mi auto no es un cuatro por cuatro, pero por lo menos nunca me ha dejado botada.



Así trancurre mi día con los pequeños, llegamos al final, final...luego como de costumbre me detengo a tomar mi rico café caliente que entibia el cuerpo cuando el frío se cala a través de la parka, comenzamos a bajar cuando de repente alguien nos prende una luz...ilumina todo el sector, es la luna que nos despide en silencio y sonriente.

Durante mi bajada no hay pequeños en el camino, imagino que están comiditos con la guatita llena gracias a esas tres personas maravillosas que en forma mensual donan alimento, por supuesto también a quienes me acompañan. Hoy nuevamente podré acostarme "tranquila con mi conciencia"...quien nada hace, nada teme.
Hoy los pequeños capearán el inmenso frío que está haciendo, con la barriguita llena, pero con un hielo enorme en soledad...soledad que no puedo remediar a menos que alguien me escriba, me llame para comunicarme que quiere adoptar un perro del camino, como lo han hecho ya decenas de personas.

Dejenme seguir soñando que podré sacar mas "pequeños" del camino.

NO MAS ABANDONO DE PERROS.


Marcela Opazo

13 de agosto de 2008

"Pitbull..."

Una mañana subiendo hacia el camino, pasando el puente, me detengo porque siempre hay alguien nuevo que está desorientado sin saber que hacer en un lugar desconocido donde su amo lo ha dejado, entonces el o ella pone atención al auto que para, quizás pensando instintivamente que es su dueño que lo ha vuelto a buscar, pero no, no es su dueño, soy yo que sé que ese es el lugar donde primero los dejan, tal vez para mitigar lo sucia que quedará su conciencia humana.

Al estar detenida, llegan a mí aquellos "nuevos", ese día eran tres, sigilosamente me voy a la maletera, saco alimento y lo dejo sobre una hoja de diario en el suelo, sin mirarlos, como para que crean que a mí no me interesan si se acercan o no, en eso veo una carita humilde, tímida, pero muy confiada que se me acerca.
Mirenla, que hermosa es su mirada...

Ella me mira, me absorve su linda mirada que irradia penas increibles en sus ojos.
Basilio saca en un pocillo alimento, para que no vaya a sentir temor, se lo acerca con lentitud, ella intenta comer, vuelve a mirarlo y se tira de lleno a la comida.

Ahí observo que a su cuello lleva un collar horroroso, de cuero grueso, con hebilla
gruesa, y mas encima con un colgante que de seguro le debe pesar. La dejamos comer lo mas tranquila posible, por temor a que se vaya y no se alimente. En eso se da vuelta, ya un poco mas tranquila, mueve su cola como si estuviera contenta y agradecida y ahí vuelvo a observarla, algo lleva debajo de su cola, de lejos no logro descubrir que es.

La llamo, vuelvo a acercarme. Mis ojos no pueden creer lo que estoy viendo en ese momento. Con rabia, e impotencia, hecho chuchas en contra de sus dueños...malditos, reitero una y otra vez...¿como pudieron?. Quienes me acompañan ese día se asombran horrorosamente ante lo que están viendo. Fue una escena que nos marcó todo el día, sin poder sacarla de nuestra mente.
Si tienen hijos, que se acuerde el destino en ellos lo que hicieron con esta perrita. Si me estás leyendo, lee bien: tarde o temprano tu maldad te la cobrará, sino es en tí, en lo que mas quieres. Hay un dicho hebreo que dice: esperaré sentado en la puerta de mi casa, ver como pasa el cadaver de mi enemigo. No se les olvide.
La dejaron abandonada sencillamente por esto:

¿Qué les parece?...intento darle respuesta a Blanca que me pregunta y pregunta...¿Porque lo hicieron?...No se que contestarle. Me siento atada de pies y manos. A simple vista deduzco que puede ser un tumor, o tal vez la salida de su útero tras dar a luz, pero no tiene señas de haberlo hecho, imagino que puede ser una hemorroides, en realidad no lo sé, no lo se. ¡Que ignorante me siento!
Solo atino acariciarla para sacarle ese asqueroso collar, me costó hacerlo, pero lo logro. Es un collar de cuero doble, cocido, con una enorme hebilla, y un colgante de peso. ¿Como pueden ponerle esta clase de collar al cuello?...me pregunto. El collar debe pesar aproximadamente kilo y medio, si es que no mas. Aun lo tengo guardado en la maletera de mi auto. Ella se asusta, agacha su cabecita e intenta huir, pero se queda...en eso sin ser veterinario, pero con bastante experiencia en perros abandonados, intento examinarla, pero no me deja, no me tira ni siquiera tarascones, sino que esconde su trasero, escabulle mis caricias, se desespera, se aleja, cruza la calzada y la pierdo de vista.

A la próxima vez, la busco, no la encuentro...a la vez siguiente, la busco y no la encuentro. No la he vuelto a ver mas.

Se lo comenté por correos a una niña que ama a esta raza, le envié fotos, intentó reconocerla, ya que dijo reconocer el collar, pero hasta ahí no mas llegamos.

Eso pasa en el camino, llega un perro recien abandonado, no hay nadie que me asegure si lo volveré a ver, ni vivo, ni muerto.

Antes de abandonar tu perro, piensa en lo que mas quieres...intenta no hacerle daño a la larga, por que tarde o temprano te tocará a tí.

NO MAS PERROS ABANDONADOS.

Marcela Opazo

11 de agosto de 2008

"Amor sin condiciones..."



¿Cuántas veces te has sentido solo?...No te sientas solo...Un perro llena ese espacio con creces cuando nos entrega ese amor sin condiciones, cuando nos lame las manos, o nuestras cara en señal de amarnos, cuando mueve su cola dándonos la bienvenida cuando hemos estado lejos de casa, aunque sea por unas horas.

Míralo, abrazalo...sonríele y dile cuanto lo amas.

Yo lo digo a diario a mi gente, y a mis perros, sobretodo estos últimos días en que veo que una de mis "princesitas" no ha estado bien, pero confiando y dando gracias por haber ya compartido siete años maravillosos en su compañía de día y de noche.

¡Que importa que me desvele por las noches!... cuidándote, cantándote, acariciándote a oscuras, mientras tu toces y toces, y pienso que tu vida pende de un hilo que no quiero que se corte y a la vez le pido a Dios que lo haga sin dolor, sin sufrimiento.

Para tí mi hermosa Mía Samira...que al cerrar tus ojitos como te enseñé me dices te amo en silencio.

"Te amo, mi princesita mas pequeña."

Marcela Opazo
NO MAS ABANDONO DE PERROS

5 de agosto de 2008

"Poqui o Poquita"

Ayuda a buscar a "Poqui o Poquita"


"Poqui o Poquita" como le dice su dueña que hasta el día de hoy descubre en cada segundo que la necesita:

Poqui, es una poodle beige clarito, de piel rosada, tiene nueve años, es crespita, de patitas cortas, muy dócil, muy confiada, tiene una uñita negra en una patita delantera, además le falta un diente en la parte baja, no está esterilizada, posiblemente estaría por caer en celo en el mes de Septiembre aproximado, lamentablemente se perdió de su casa o fue robada, en calle San Diego con Ñuble el día 16 de Marzo de este año. Su dueña la señora Everest, la ha buscado por casi todo Santiago...así fue como la conocí un día domingo llevándole comida a los perros del camino, con la esperanza de que en el lugar podría encontrarla. Es una mujer que tan solo mirarla a los ojos, uno se da cuenta como ama a su perra, la manera de hablar de su pequeña es maravillosa.

Everest, vez que puede recorre el camino pensando que un día podrá aparecer su hermosa pequeña.

Si tu sabes algo, si la has visto, te pido que por favor te comuniques directamente con la Sra. Everest al teléfono 5546320, o sino al celular 9.7979362, o también a mi correo mariposaunika@gmail.com con copia a losperrosdelcamino@gmail.com

Encontrar a Poqui, es hacer una promesa, una manda realidad...yo seguiré buscándola, no concivo que los perros se pierdan o se los roben de una manera muy cruel como ha pasado en este caso y en muchos mas.


Lamentablemente no hay mas fotos que estas, ojalá que ustedes quienes me leen saquenle muchas fotos a sus mascotas para que sean guardadas y cuando ya no esté, puedan revivirla al máximo y la pena no sea tan profunda.

NO MAS ABANDONO DE PERROS

Marcela Opazo

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Soy Rayo Boy, un pointer braco, me gusta mucho correr, conoce mi historia, es de un principe.La señora que escribe en esta página se enamoró de mí, y hoy duermo en su sofá en medio del living. Hoy pertenezco a una familia hermosa, tengo un collar con mi identificación y todo lo que necesito. Fui un perro abandonado en el camino, tracionado, pero gracias a esta página, estoy rehabilitado, y muy feliz.

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Como no agradecerles todo el amor que me entregan a diario, toda esa comprensión que tienen cuando les digo...vamos al camino...y ustedes de siempre me han acompañado, me han ayudado, con frío o calor.
Gracias a mi linda familia, a mi esposo, a Dany y Marce, creo que sin ellos, yo no podría estar todo lo que he estado en estos años.
Gracias también a mis padres, ya que ellos fueron quienes me enseñaron a querer a los perros especialmente.
Los amo y lo saben de sobra, me da lo mismo que me digan mamona...jajaja, y a mucha honra.
Y por supuesto también a quienes han creído en mí por años.
Marcela

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