La Vicky y la Gaby...¿se acuerdan de ellas?...era el nombre que le daban a los personajes femeninos de un programa en televisión, ellas se sentaban a conversar de todo lo que les sucedía, eran inseparables…al verlas la primera vez nos quedó claro que así se llamarían.
La Vicky y la Gaby, son dos perritas súper pequeñas inseparables que dejaron abandonadas en el camino. Una es rubia, y la otra morena, una es quizás joven, y la otra es viejita, algo obesas para su tamaño, con carita de tristeza, pero terriblemente tiernas. Donde va la una, la otra la sigue. Cuando me ven llegar salen ambas en su lento caminar a recibirme. Me pregunto ¿qué daño hacían estas perritas tan pequeñas, que las abandonaron tal cruelmente?...son totalmente indefensas, incapaces de hacer mal, con su cara de preguntación ¿por que estamos aquí?...nadie puede responder. Cada vez que veo un perrito pequeño e indefenso, vuelvo a despreciar a ese humano que tuvo el coraje de ir a dejarlas donde pronto morirán, ya sea enfermas, atropelladas, o por algún maniático que juega al tiro al blanco con ellas.
El sábado encontramos muy mal a la Vicky, me extrañó que no saliera a esperarnos, entonces me fui a buscarla, con la cabeza cabizbaja, como si sintiera culpa de lo sucedido, ni siquiera levantó su cabeza, al percatarme de esa actitud, la miro como observándola, y me doy cuenta que tiene su patita delantera izquierda, ensangrentada, gran parte de su piel destrozada como a tirones, llena, pero hervía en hormigas, la tomo en brazos y me la llevo a la sala de urgencia de mi auto, con la ayuda de quienes me acompañan, le limpiamos su herida para sacar todas aquellas hormigas, y al revisarla a fondo me encuentro que tiene un hoyo en la palma de su pata y casi sin piel.
Al comentárselo a Loreto lo sucedido, me dice que el viernes había un furgón tipo pan de molde color rojo, se acercó a el, y encontró a un tipo con escopeta, a quién increpó, pero este ni siquiera hizo caso. A lo cual deduzco que fue uno de esos perdigones que cayó en su pata, y ella de tanto querer sacárselo, de tirarlo, se abrió la piel de forma horrible. Cómo habrá sido ese dolor que la pobre apenas se podía mantener, hasta los nervios y huesitos se le veían. Ese día hicimos lo que mas pudimos dentro de nuestras capacidades. Volví el día domingo y gracias a remedios que Carolina me facilitó, pudimos darle algo de antibiótico, y nuevamente hacerle curación. Me vine a mi casa con el corazón impotente y apretado por no poder hacer mas de lo que habíamos hecho, llamé a Claudia le cuento lo sucedido y ella muy amablemente pide acompañarme el lunes. Claudia tuvo que llenar su patita de puntos, para poder afirmar la piel suelta antes de que entrara una fuerte infección, siguió con antibiótico, y antiséptico para que no se le pararan los bichos y evitar así más infección.
Ustedes se han dado cuenta como me siento cuando veo llegar nuevos perros al camino, imagínense como me siento cuando veo a estos perritos tan pequeños abandonados a su maldita suerte, ser atacados por perros grandes, furiosos, que solo buscan sobrevivir a cambio de lo que sea. Todos sabemos que en la jungla el mas grande se come al mas pequeño...en el camino pasa lo mismo, exactamente lo mismo cuando no hay nada para poder comer, hasta los perros muertos, llenos de moscas, hediéndoos fétidos, son exquisitos con hambre. Por que mejor en vez de ir a abandonarlos a los caminos, no son mas hombres y pagan una consulta para que los eutanasie en forma digna, sin dolor. Lo mas seguro que yo tendría que admirar a quien lo hace, en mi caso personal, prefiero ver muertos a mis perros antes de saber que están sufriendo por culpa mía en abandono que ellos no merecen.
El sufrimiento de la Vicky y la Gaby, como ellas han sufrido, no les perdono a sus amos la maldita resolución que llevaron a cabo. Ellas son totalmente indefensas, y no le hacen mal a nadie...por lo que me parece la Vicky es la mamá de la Gaby. Ambas son humildes, buscan protección entre ellas mismas. La Vicky era la primera en llegar a estar cerca mío, sin decirme nada, solo se acostaba de espaldas en el suelo, con sus cuatro patitas mirando hacia el cielo, y ahí se quedaba para que yo me diera cuenta, me agachara y le rascara su gruesa guatita. Mas que alimento, buscan nuestras manos, nuestra protección, tal vez el sueño de que se vendrán conmigo...que mas quisiera yo que podérmelas traer, pero...¿adónde?.
Mirándolo fríamente, yo no tendría por que hacerme cargo de ellas, ni de nadie, ni de ningún perro que vea en los caminos que recorro, pero mi amor hacia su especie me hace detenerme, por que mi conciencia no me lo perdonaría que pasara indiferente ante sus desgracias. Nadie me obliga a hacerlo, pero lo hago con gusto por que ellos me entregan tal vez lo que el ser humano ha perdido en el mundo en que vivimos, donde el egoísmo es tan fuerte que solo alcanza para pensar en nosotros mismos. Confianza, entrega, humildad…Amor del bueno, incondicionalmente.
Hoy aún Vicky está muy decaída, no sale de su casita, y la Gaby no le pierde la vista, siempre está a su lado, donde se sepan que ninguna de ellas está sola, ambas se protegen, ambas se quieren, seria mas maldad separarlas.
Les he relatado la historia de la Vicky y la Gaby, pensando en que un día la Estrella y Lunita, como el Matrimonio, tuvieron la oportunidad de que apareciera ese maravilloso alguien, me escribiera, o me llamara, para llenar mis días de sueño…adoptándolas en conjunto a ambos.
Si hubo personas de corazón noble que los adoptaron a ellos en pareja, aún podría confiar que alguien se interesara en la Vicky y la Gaby. Que fantástico sería darles la oportunidad de terminar sus vidas en una honorable familia, y no atropelladas, enfermas, muertas en un camino que solo guarda recuerdos, cadáveres y espiritus.
Si tienes alguna duda para adoptarlas, solo tienes que preguntarme, nosotros, unos soñadores imperdibles, haremos todo lo que esté en nuestras manos para llevarlas donde las quieran adoptar. Yo confío tanto en Dios, y se que El es animalista, e intentará de enviar esos ángeles para que sean sus amos.
En la espera que me hayan comprendido como lo hacen siempre, me iré soñando con aquellas personas que quieran adoptar a la Vicky y la Gaby.
NO MAS ABANDONO DE PERROS
Marcela Opazo C.
losperrosdelcamino