"Un día especial"

Hoy me permitiré ser diferente. Ante todo soy mujer, madre, y como madre quiero contarles que estoy inmensamente feliz, agradecida y orgullosa, si, de tener dos hijos maravillosos a los cuales amo y admiro profundamente.
Quiero primero felicitar, y segundo agradecer, a mi hija Daniela, el empeño, sacrificio diario por llevar sus sueños a la realidad. Desde pequeña, por no decir desde que nació, siempre sintió un amor especial hacia los animales, aprendió a caminar persiguiendo a Javier, nuestra primera mascota en familia, creció viviendo acompañada de perros. Eligió ser madre de un cachorro a los siete años, a quién llamó Juju, fiel compañero de juergas infantiles y adolescentes, durmió con el como si fuera un peluche con vida.
Lo vió nacer, lo alimentó, protegió, durmió con el, todos los días de su vida perruna, lo llevó de viajes, lo amó hasta el último día de su vida. Siendo adolescente, un dia muy triste, cuando su perro Jujú, enfermó grave por un cáncer, lo vió sufrir, fue tan valiente, mas que los propios veterinarios que atendían a nuestro perro, tomó la mas dura desición. Ese día 29 de Junio mientras Jujú permanecía insconciente en sus brazos, ella con lágrimas en los ojos le conversaba, le daba las gracias por haber hecho de su vida, la mas hermosa, mientras comenzaba su sueño eterno. A la salida del Hospital Veterinario, con el cuerpo inerte envuelto en un chal de su "hijo", en sus brazos. Lo amó hasta el último de sus días.

Nos subimos al auto, yo no dejaba de llorar, me mira con sus hermosos ojos verdes, y me dice. Madre, no llores. Estoy conforme, estoy agradecida de que lo primero y lo último que vieron sus ojitos, fue a mi...es impagable".
Desde ese día es enorme mi admiración a mi hija.

Dani creció, terminó sus estudios de enseñanza media, ingresó a la Universidad de Chile a la carrera que ella eligió, Medicina Veterinaria, se licenció, pronta a dar su tesis y ayer le informaron que se ganó la beca para seguir estudiando el Magister en Medicina Veterinaria, en la Universidad de Chile.

Como pasa el tiempo, si fue ayer parece que un día por primera vez la tuve entre mis brazos.

Gracias mi niña hermosa. Esto es para ti, para que te siga acompañando hasta el fin de tus días.

Ojala que todas las madres desde que nacen sus hijos los incentivaran a AMAR A LOS ANIMALES. Estoy segura que sus mundos serían diferentes, tendríamos mas hijos felices, respetuosos con el medio ambiente y dentro de ellos, un humano cariñoso, responsable con su propia vida.

Marcela Opazo