Volviendo del viaje de ir a conocer los caniles de Caldera, recorrimos varias ciudades y pueblos maravillosos, pero al pasar por ellos siempre era lo mismo, a cada paso que dábamos nos encontramos con perros abandonados como si fueran parte de nuestro paisaje chileno, algunos les llaman callejeros, otros vagabundo, para mí son perros abandonados, por que detrás de cada perro que ande suelto vagando, hay un humano irresponsable que le abre la puerta o lo deja que salga a pasear solo para que se entretenga sin pensar en las infecciones que puede contagiarse y a la vez trasmitir. No me cansaré de repetir que un perro debe salir a pasear amarrado a una correa tirada por la mano de un humano responsable que sepa el valor de tener una mascota feliz.
Hay personas que me han preguntado:
¿Por que no dejan libres a los perros de los caniles del desierto?
Sencillamente por que sería atroz que esos perros estuvieran libres y aun en peores condiciones de las que están en los caniles, que empezaran a vagar en busca de comida en los tarros basureros como lo ví en forma continua en Caldera, mal que mal, encerrados en ese canil, por lo menos tienen alimento que según la Alcaldesa Sra. Brunilda González, no les falta, tampoco el agua ni la atención veterinaria, aunque yo esto último lo pongo en duda, después de haber conversado telefónicamente con el veterinario Dr. Juan Pablo Gallardo S. que trabaja en la municipalidad, y se comprometió a contar su verdad desde los comienzos, esto hace mas de un mes, pero debe ser de tan poca palabra que no ha sido capaz de cumplirla. ¿Podremos confiar en el?...Difícil.
Esto no quiere decir que estoy a favor que los perros estén encerrados en caniles, todo lo contrario, el que me conoce sabe muy bien que estoy en contra hasta de los hogares temporales que sirven mientras se les busca un hogar definitivo, como también cuando personas sacan un perro abandonado de la libertad de la calle, para meterlo en un pequeño canil de alguna clínica pagada durante meses aparece su nuevo dueño, negocio redondo. Pero la necesidad tiene cara de hereje. Hay perros que nunca salen de estos espacios, se van quedando y también estresándose hasta el fin. Una familia feliz debe ser responsable con sus mascotas hasta el término de sus días, una mascota no es para un rato, sino para toda la vida.
Durante mi estadía en Caldera, me dí el tiempo de recorrerla en parte para ver en terreno la condición de los perros abandonados que están en las calles. Esta es mi experiencia.
De lo que les cuento les comparto este video que grabé en pleno puerto de Caldera, a la entrada del mercado. Veánlo y saquen sus propias conclusiones.
Como pudieron ver a la entrada del mercado, siempre hay perros, en el video se ve a una perrita en celo, agotada de tanto que la molestaban los canes, y para peor todos de tamaño grande. Los perros muchas veces no dejan entrar a la gente al lugar, entonces las personas sencillamente se defienden tomando piedras o algún palo para tirarles.
Luego de nuestro almuerzo, me acerqué a conversar con algunos trabajadores del propio mercado, tratando de averiguar para hacerme una idea de lo que ellos sienten y piensan referente a la problemática de los perros abandonados. Unos me contaron que pasaba la camioneta blanca a cargo de Don Alejandro recorriendo las calles después de las doce de la noche en busca de los perros abandonados, que la gente de esa localidad no tiene ni la mas remota idea de como cuidar a sus mascotas, las que son para ellos solo perros sin ninguna utilidad por lo tanto los hechan para las calles o los van a botar fuera de los caniles. Que muchas veces son las mismas personas dueñas de casa que llaman a la municipalidad para que les retiren a sus perros. Les conversé sobre las esterilizaciones que el Sr. Farkas había donado, a lo que me respondieron que eso no se conocía en el pueblo. Que era más fácil que la perra se cruzara, y cuando pariera sencillamente los cachorritos se ahogaban al nacer y se acababa el problema, tan fácil como eso. Me percaté que muchos de ellos no tenían confianza en lo que la municipalidad llevaba a cabo sobre educación en tenencia responsable se refiere, que no lo conocían. Pero así también hubo otras personas que cuidaban los estacionamientos cercanos a la playa principal que dijeron que gracias al canil de Caldera habían perros que se les había salvado la vida, que estando atropellados o enfermos, entonces los llamaban, se llevaban al perro para su cuidado, y cuando estaban sanos eran devueltos a los lugares de donde los retiraban.
Al seguir recorriendo Caldera, balneario hermoso, tranquilo, de gente sencilla y trabajadora, de ricas empanadas fritas, que en época de verano llega mucha gente de afuera a disfrutar de su entorno, ral como dice su página de naturaleza paradisíaca que invita al descanso y reflexión. Continuamos hacia las playas donde pudimos percatarnos que es lo que sucede en ella cuando los veraneantes se vuelven a sus hogares. Muchas de sus mascotas sin querer queriendo como decía el Chavo, se quedan olvidadas en aquellas playas como lo demuestran las fotos.
Así fue como vimos a mas de una jauría caminando a orillas del mar, detrás de una perrita hambrienta que mas que en celo se notaba a la vista de sufrir de tvt.
Enfermedad de alto contagio entre los perros,
que solo se podría quitar con un tratamiento de quimioterapia que no se encuentra al alcance de las personas por su alto valor económico veterinario.
Es lamentable que en nuestro país áun no exista una estabilidad en educar en tenencia responsable de mascotas. De existir, muchos de estos casos tristemente conocidos se podrían haber evitado.
Quise empezar a comentarles este tema para mostrarles en parte el abandono del perro a través de nuestro hermoso país y que de los perros de los caniles de Caldera no nos hemos olvidado. Esperamos ansiosos de que la señora alcaldesa cumpla su palabra de colocarles el techo tan necesario para pasar un invierno con menos sufrimiento, habiéndose comprometido a tenerlo puesto a fines del mes de Marzo. Aún sin respuesta.
Esto continuará.
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