"Banfi"...un perro sin oportunidades.

Hace un año, un día subiendo al camino, me detiene una señora que vivía en el sector, afligida porque uno de los cachorros que había adoptado de una perra del camino, estaba muy grave,y ella no tenía medios económicos como para llevarlo a un veterinario y lo alejado del sector. Dentro de mis posibilidades, hice lo que mas pude por ese cachorro, con tan buen manejo que "Banfi" logró sobrevivir. Con el paso del tiempo se hizo adulto, quizás creció mas de lo que suponíamos, siempre juguetón, corría desde su casa hacia mí, cada vez que sentía que yo iba subiendo por el camino. Le gustaba que yo le diera galletas de calcio en forma de huesitos, y por ellas era capaz de lo insufrible por llegar a tocar aunque fuera una.

Cierto día domingo, Manuel, otro gran amigo voluntario de esta causa, me avisa que un perro había sido cruelmente atropellado, pero no sabía quien era. A los días siguiente, vuelvo a subir al camino, sale a mi encuentro la señora a la cual una vez había ayudado y desde que la conozco ha demostrado querer a los perros,los que acepta que convivan con sus hijos. Con la voz cortada me cuenta lo sucedido: Banfi, está muy mal...lo atropellaron el domingo, se queja de dolor, no puede caminar, apenas come, se orina y defeca en el lugar, tenemos que andar en andas con el, con el temor debido a que le duele demasiado todo su cuerpo, nos muerda sin querer a mí, o a mí esposo o a los niños que lo quieren tanto.
Me lleva al lugar donde está, verifico lo que me ha contado, basta solo mirarlo para darse cuenta que está sufriendo, no tiene daños aparentes en su piel, el daño esta en sus huesos. Atino a darle antinflamatorios para en algo mitigar el dolor que siente. Su esposo al tratar de levantarlo, Banfi se orina en el lugar. Aquí está la prueba de lo que escribo, fíjense en la foto, en el suelo está la orina, vean su cara casi deformada de sufrimiento.


Entre tanto dolor, ve que en mi bolsillo hay una galleta de las que le gustan, intenta pararse y se cae, entonces me acerco, se la pongo en su hocico, se la come...por lo menos está comiendo,digo. Enfermo que come no muere...me repito a mi misma, y confío en que hay una esperanza.

El día lunes, llamo al Depto. Zoonosis de la I.Municipalidad de Pirque, pero antes de hacerlo ya había sido informada de los "supuestos beneficios", que ahora ya no es al parecer Zoonosis, sino Protección Animal, con la intención de que no llegue tan duro el nombre a oidos de los vecinos. Me comunican con el Asistente Sr. Ricardo Román, a quién le cuento lo sucedido, y le pido que por favor asista a casa de la Sra. dueña del Banfi, ya que a pedido de ella, no puede hacerse cargo de su perro incapacitado, una por tiempo excaso para cuidarlo y la mas importante porque no tiene los medios como para llevarlo a un veterinario para que lo hagan dormir en forma digna. El asistente, me escucha y amablemente toma los datos de la vecina en cuestión, quedando de ir el día martes por la tarde, a verificar lo sucedido.
Entonces llamo a la dueña de Banfi, le confirmo que por favor esté en casa desde el día martes hacia adelante en caso de que fueran de la municipalidad. Confiada en que ya habrían ido de la municipalidad, el domingo siguiente paso a saludar y saber de Banfí. Su dueña con los ojos humedecidos, me reprocha el no haber ayudado a su perro regalón como yo se lo había prometido, entonces me cuenta lo que había pasado:
Estuve esperando toda la semana, no salí a ninguna parte pensando que vendrían, pero no vino nadie. El Banfi se arrastraba por todos lados, durante la semana se había caido dentro de la piscina que por suerte estaba vacía, que había costado muchísimo sacarlo del lugar, por su cuerpo grande e inerte de la columna hacia abajo, que había tenido que pedir ayuda a su vecino para que entre varios lo sacaran, otro día se había ido a quedar a la orilla del camino para esperarme, pero yo no había pasado, hasta se quedaba a dormir a la orilla del camino, y su esposo lo iba a buscar para ponerlo encima de unos cartones y protegerlo de alguna manera del frío en caso de que se orinara y defecara por la noche...así pasaron la semana, hasta que un día lo fueron haber como siempre en la mañana, pero no estaba, entonces comenzaron su búsqueda por los alrededores, incluyendo cerros y río, durante días.

Han pasado las semanas, Banfi nunca mas apareció, se deduce que se cayó al río...y de la llegada de personal municipal, para darle una muerte digna como corresponde a un animal en desgracia, nunca mas se supo.

Así como este caso, hay decenas de perros que han muerto a la orilla del camino, atropellados por choferes insconcientes, que pasan a exceso de velocidad, y no hay nadie, nadie que los controle. Cuantas veces me he sentido limitada e impotente ante estas situaciones, encontrarme con perros sufriendo en agonía su propia muerte lenta y dolorosa, encontrarme de manos atadas por no saber como reaccionar ante estas evidencias, ni saber y tener la valentía de hacerlo yo.

Saben...quisiera tener mas fuerza, por que ante estas situaciones no saben la impotencia sin límites que siento, que lo único que hago, y a muchos que me conocen y acompañan, les consta, arrodillarme ante los cuerpos ya casi sin vida, y llorar por que los humanos no entienden que un perro o cualquier animal, sufre, siente como cualquier humano el dolor físico y esto, está mas que comprobado en el mundo.



Banfi, ya no está...difícil creo que se haya mejorado, haya tomado un avión y se haya ido al extranjero en busca de una mejor oportunidad...verdad.

Por una ley verdadera en contra del abandono de perros en Chile.


NO MAS ABANDONO DE PERROS

Marcela Opazo