"Atropellos en los caminos."

Siempre llegaba corriendo a esperar que le dejara su comida donde siempre. A lo mas se acercaba unos metros, solo una vez logré acariciarlo. Ese día toqué y toqué, lo llamé en medio de la nada,entre los árboles del silencio de vientos.

La tarde caía suavemente sobre la tierra, el atardecer estaba hermoso, un cielo pintado de colores positivos, Diosito siempre pinta el cielo para mí, lo he repetido desde que era una niña. Es la hora que mas amo del día, la hora de la puesta del sol, es la promesa de que tras la oscuridad siempre habrá un mañana.

No llegó.
Y al poco andar lo descubro.

Es triste la vida de un abandonado, todo el se va quedando en el camino, su andar lento, su rabo entre medio de sus patitas, la mirada gacha, su triste mirar, ahora nada queda, partió en forma trágica y la persona que lo mató debe estar durmiendo tranquila aferrada a su almohada quizás con algún remordimiento que nadie sabrá, espero que piense que no le hizo daño, para el pobre abandonado fue un favor de quitarle la vida y con ellos sus sufrimientos.

Todo termina, una vida menos que no respira, un mundo terminado en un minuto.

Si tu atropellas por casualidad a un perro, ten la valentía de detenerte y enfrentar la situación, por lo menos en forma digna, detente, pon luces de estacionar, si está muerto tómalo y correlo hacia un lado para que no lo terminen de triturar los demás vehículos que van detrás. Si está vivo, tomalo y en lo posible llévalo a un médico veterinario para que vea que daños tiene en su cuerpo o hacerlo dormir de manera digna. Aprende que con esto, estás comportándote como un humano pensante, que siente, ama la vida, no lo olvides.
Por algo Dios nos dió el razonamiento.
Somos humanos y tenemos el privilegio de pensar.

Conoces el abandono? Alguna vez te has sentido abandonado?
Para los abandonados, la muerte es la libertad de los dolores, sufrimientos, mezquindad, es la liberación hacia un mundo del que nadie ha vuelto, pero está la esperanza que debería ser mejor, total, soñar es gratis.

Hoy muchos de los perros que estaban en el camino esperando por una oportunidad, deben andar corriendo felices por ese paraíso soñador, sigo pensando que su muerte es la libertad a sus sufrimientos.



El atardecer se fue, la noche cayó fría sobre el camino, recogí su cuerpo y partí.

Nada que hacer.
Quiero pensar que ese atardecer hermoso, se cubrió de libertad.

NO MAS ABANDONO DE PERROS


Marcela Opazo