Flaco, es inmensamente grande, tiene cuerpo de Atleta, Patas largas, de pelaje corto, claro, y mirada soñadora, llegó al camino hace más de tres años, casi siendo un cachorro, con la piel pegada al cuerpo por desnutrición, frágil, débil, con hambre.
Era demasiado independiente, desde sus comienzos tuvo que aprender a luchar por su alimento, entonces se hizo amigo de un pequeño perrito negro que a la larga nunca mas lo ví, pero él siguió ahí, firme como una roca, camorrero con tal de conseguir que alguien lo tomara en cuenta, intentaba demostrarles a los demás que el mandaba la manada, pero nunca tuvo ese lujo.
Con el tiempo se fue encariñando con Llory, una tierna perrita, sumisa que en un momento dado lo cambió por Rocky, fue entonces cuando empezó a deambular por todo el camino por si había alguien que lo aceptara con su carácter.
Siempre que íbamos, el nos seguía detrás del auto, no le gustaba estar solo, nos seguía con la sola intención de que uno le hiciera algún cariño, hasta se tiraba al suelo para que le rascáramos su guatita, y ahí se quedaba por ratos, hasta que retomábamos la ida, y el continuaba corriendo detrás. La primera vez que me siguió, pensé que se aburriría, se quedaría donde se cansara o se devolvería, pero no, no fue así, el continuó detrás de mí. Ni por mas que le metía pata al acelerador para que no me siguiera, igual iba detrás corriendo en sus cuatro patas largas, hasta llegar al final del camino…a ratos le ofrecía agua. De vuelta, ya lo dejaba correr hasta que me perdía en el camino.
El lunes pasado me llama Loreto y me cuenta:
Marcela, me ha pasado algo increíble…resulta que el lunes subí al camino, y el Atleta me siguió todo el camino, hoy volví a subir y no lo ví…cuando iba llegando a mi casa, adivina quien me estaba esperando?...el Atleta estaba sentado en la puerta!, fue increíble verlo, imaginate todo lo que anduvo, desde el camino a mi casa en la Reina.
Quedé plop!!...no lo podía creer, pero fue así. Flaco, Atleta, Larguirucho, Patas Largas…como le decíamos, ya no quiso estar nunca mas solo, dejó el camino, prefiriendo el cansancio, la gran odisea de aventurarse al desconocido mundo de la gran metrópoli para empezar a vivir en compañía de alguien. Fue más fuerte el lazo creado con los humanos que decidió no perderlo. Fue capaz de seguir el rastro del auto a través del camino, La Florida, Autopista, La Reina, seguir a esa persona que lo entendía, comprendía y compartía escasos momentos con el, pero eran minutos hermosos que el aprendió a valorar. ¿Cómo pudo? ¿cómo pudo andar por la autopista Américo Vespucio?...¿se lo imaginan?...se demoró dos días en llegar del camino a la comuna de La Reina.
Se nos hacía un mundo pensar en que haríamos. Que obligadamente tendría que devolverse al camino cuando Loreto subiera. Pero como a nadie le falta Dios, un amigo de Loreto le dio hogar temporal mientras se devolviera al camino, con tal suerte que la mamá de su amigo le llamó la atención que ese perro con cuerpo atlético buscara con tantas ansias el cariño humano.
Hoy Flaco, ha sido adoptado por esta señora de corazón bondadoso para compartir sus días.
Quiero hacer públicos mis agradecimientos para estos humanos que se la juegan con mucho cariño por un perro.
Flaco, ahora comienza tu verdadera vida…disfrútala, que el mundo es tuyo.
Es la última foto en el camino.
3 comentarios:
Cecilia ! Que alegría me has dado al cnotar esa historia.
Ahí es cuando me impresiono de todos los dote que tienen nuestros mejores amigos.
Ahí es cuando nos damos más fuerza para seguir luchando hasta verlos a todos felices !
Me he emocionado mucho al leer esta historia.
Ojalá todos fueran tan avilosos como él e insentivaran a todo el mundo a adoptarlos !
=)
Hola, soy Marisol, de la revista.
Que increíble lo este perro, se me llenaron los ojos de lágrimas al leer. Y eso que no soy perruna.
Pobrecito, me imagino todas las cosas que tuvo que pasar para llegar a la casa. Y tuvo mucha suerte también...Un beso.
Marcela hace poco tiempo descubrí tu página en todo caso conocía tu labor por la tv, realmente admiro tu entrega y amor a los animales abandonados. También soy amante de los animales, sobretodo de los abandonados, ya por mi vida y mi casa han pasando muchos perros (as), gatos (as) regalados y también recogidos y uno que otro "pensionista" a comer.
Cuando leo tus historias, a veces lloro y se me apreta el corazón ante la insensibilidad de muchos al abandonarlos, otras me alegro al saber que tuvieron otra oportunidad de encontrar una nueva familia, como el caso del flaco (tiene una cara de simpático).
Marcela que Dios te bendiga y te acompañe siempre en tu labor y por ese corazón tan grande que tienes.
mi correo yake.ct@hotmail.com
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