"Jazmín...corazón roto"

¿Sentiste alguna vez tener el corazón roto?
Yo si.
Cuando sientes que la vida ha sido injusta con seres inocentes e indefensos, cuando crees que la vida le merecía haber dado mas de lo que le dio, cuando la injusticia supera los límites, cuando la impotencia se apodera de tu ser ante un hecho equivocado.
Es entonces cuando las lágrimas culiás empiezan a caer sobre el rostro...tengo el corazón partido.

Con sentimientos encontrados, impotencia, rabia, rabia e impotencia.
Cuesta asimilar que otros por haber estudiado veterinaria, se tomen el derecho de quitar la vida sin pensar en dar una oportunidad. La experiencia me hizo aprender que siempre hay que dar una oportunidad, pero no todos tienen esa bendita experiencia que solo la dan los años.

Claro, es más fácil pensar que es por el bien del perro, que acarrear su propia culpa mediocre de no querer  o no poder hacer mas,

Me fui temprano al camino para ver a Jazmín, ya que la había encontrado un poco mal ayer, caminaba lento y estaba un poco resfriada. No la encontré. 

Me avisa por teléfono que a la perrita de la primera parada la había encontrado arriba del cerro, aullando, sin poder pararse, con parte de su cuerpo paralizado.

Una perra, abandonada, sin dueños, fácil tomar la difícil decisión de ayudarla a morir. Así de simple y fácil.

 

Era Jazmín, la última reliquia del camino, nunca fue la misma desde que alguien muy amorosa e ignorante en como sienten los perros abandonados, decidió traerla a la ciudad a esterilizar, para luego volver a botarla al abandono. Desde su esterilización comenzó a decaer, le vino una artritis parecida a la que tenía Pannera.  Cada vez  que subía y no la encontraba esperándome donde siempre, era por que el clima iba a cambiar, su instinto le decía que había que resguardarse. Se escondía en las cuevas, debajo de las rocas o en hoyos en la tierra.. Para hacerle mas llevadera su triste vida, seguía al pie de la letra sus tratamientos vitamínicos y otros. Jazmín al cabo de unos días volvía a caminar, no bien, pero llegaba a correr como la muestra una de sus últimas fotografías.

Fueron casi nueve años viviendo entre cerros, bajando y subiendo, pariendo, corriendo. En todo este tiempo le saqué varios huaches de sus patitas, y volvía a estar bien. Era la perra mas antigua del camino, dócil, querible, dulce, cariñosa. Ya estaba decidido, si no llegaba nadie por su adopción, me la traería a vivir en el antejardin. La había visto hace dos días bien. Imposible aceptar que estaba muerta, botada en el cerro. Parece  aún mas fuerte cuando sin querer he ido creando lazos durante tanto tiempo. Decidido. Me voy al camino. No podía aceptar que la hubieran dormido sin darle una oportunidad. Jazmín, ahí estaba, botada al ras de la tierra, muerta.

Imposible haberme quedado en casa con los brazos cruzados pensando que su cadáver iba a ser presa fácil comestible para los otros perros. Aun tibia, fue enterrada en aquel cerro que la abrazó sin mirar de donde venía.

Con el corazón roto, quiero agradecer a todas aquellas personas que conmovidas con la triste historia de Jazmín, tuvieron la bondad de compartir su foto en facebook, con el fin de buscarle un hogar responsable.  Ya no es necesario. Estoy segura que encontró el mejor hogar donde fue aceptada y amada. Libre al fin.

Hoy Jazmín, ya no existe mas, está muerta y enterrada.

Puedo dormir tranquila,  le cumplimos  hasta el final, sin ser nuestra.
De seguro nos volveremos a encontrar.
Jazmín descansa en paz.


La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico como para un perro abandonado.

NO MAS ABANDONO DE PERROS



Marcela
losperrosdelcamino@gmail.com