Octubre desde que tengo uso de razón lo recuerdo como un mes importante en fechas, fechas que recuerdan algo, o alguien, algún acontecimiento que merece no ser olvidado. También se dice que Octubre es el mes de las lunas mas grandes y hermosas que se puedan apreciar.
Octubre, mes que vino mi madre a su mundo, Octubre, mes que elegí para comenzar mi gran proyecto familia, mes aniversario de mi matrimonio, fechas de cumpleaños de seres que estuvieron ligadas a parte de mi vida, Octubre, mes que vino mi amado hijo al mundo, nació un 28 de Octubre, y luego un mismo día 28 de Octubre, pero años después vino al mundo una de mis amadas princesitas perrunas.
Otro año pensando que en cualquier momento partirá. Dicen que hay que aprender a desprenderse de todo lo que nos rodea, que difícil es para mí. Ya debería estar acostumbrada, pero aun cuesta masticarlo.
Mi niña hermosa, está ciega y sorda, pero aun camina, estos últimos meses le ha dado por caminar a horas que los demás duermen, nos turnamos para acompañarla. Hay días que no quiere comer, solo duerme, duerme, y duerme, entonces me preparo sicológicamente para enfrentar ese acontecimiento a sabiendas que tiene que pasar. Su cuerpo frágil se deteriora cada día que pasa. Pero hay otros en que se levanta con ganas, de caminar, comer y sentir. Sentir que me tiene cerca, que la puedo abrazar, morder, y le encanta sentir que le muerdo sus cachetitos delgados. No le gusta mucho la comida que por recomendación veterinaria debe comer, aunque a pesar de ser pequeña, debo picarsela, un tanto remojada, poco dientes le quedan, con mayor razón, pero échale una cucharada de atún, leche cultivada o yogurt, le hace chupete, mi pequeña se lleva por su naríz, su sentido el olfato es hoy el mas importante. Hay veces que amanece con muchas ganas de comer, sabe en que lugar puede haber un pellet rezagado por ahí que queda en los demás platos, los busca por toda la casa, y cuando ya su cuerpo no se puede sostener, cae al suelo, si no la vemos, ahí cae dormida, la trasladamos a su camita comoda, donde vuelve a dormir. Asi pasa su vida, entre comer, caminar, dormir, orinar y defecar. Tiene los típicos achaques de anciano, hay que pensar que son hoy dieciseis años de vida. Ni siquiera tiene carnet para hacerle una friega en sus huesos, pero están mis manos para reanimarla cuando le dan calambres a sus patas, o para levantarla cuando se cansa y cae al suelo.
Hoy mi amada Kitty está cumpliendo un año mas de vida, son dieciseis años en nuestro mundo, entregándonos todo su amor incondicional, alegrándonos la vida a cada segundo.
Gracias Kitty por existir, por esa entrega eterna desde principio hasta el último de nuestros días.
Mi Kitty sigue aferrada a la vida sin separarse de la muerte.
Ambas no existen sin la otra.
Por ahora hay que vivir y a concho cada segundo de nuestra existencia.
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