Continué mi camino, ella se devolvía a su lugar. Ya en la siguiente oportunidades que la ví, ella corría tras de mi auto, solo para tocarme, me daba sus hocicazos con besos incluidos, esperaba que yo me perdiera en el camino y ella se ocultaba.
Me volvía a decepcionar, pero yo seguía en mi lucha. Un día conocí a Macarena Moya, quien me solicitó acompañarme al camino, le mostré todo lo que yo hacía, y ella con mucho cariño se comprometió con los perros del camino, tal vez con la misma entrega que yo. Un día un amigo le dijo que quería comprar un perrito para que acompañara a su perro, y ella lo invitó al camino, quizás ahí habría uno que a él le gustara. Entonces me llamó y me dijo: Marce que perrito podrías recomendar para que fuera adoptado?...que me han dicho…jajaja…la Princesita.
Hoy Princesita tiene un hogar hermoso donde la quieren de verdad, después de haber sufrido por casi mas de dos años en el abandono, pasando hambre, sed, frío...hoy Dios y Alvaro le han dado una nueva oportunidad.
Muchas gracias Alvaro González y por supuesto también para Macarena Moya, quien lleva puesta la camiseta del camino.

NO MAS PERROS ABANDONADOS
Marcela Opazo