Los Perros del camino

24 de julio de 2013

"Una caricia milagrosa"

El perro protagonista de este video, hace mas de un año lo dejaron abandonado junto a su familia, es el mas guardián de todos, territorial a muerte, preocupado de todo lo que sucede, se desplaza por los cerros como si anduviera en un balancín, siempre alerta, no se deja tomar por nadie, hasta que ayer tuvo la ocurrencia de acercarse muy cerca de una de las amigas que me acompañaba, cayó en sus manos tiernas y suaves de matrona, las manos de una humana que ama a los perros.
Miren sus ojos como brillan!!...
Que manera de deleitarnos con esta escena.
Gracias Alicia por tu compañía, por tu tiempo conmigo y con ellos.






Fue un momento mágico, el y yo solos en el mundo no existiendo ruidos ni palabras ni frío. Su pelaje sedoso y su expresión de felicidad me tocaron el corazón. Cuando quise tocarlo nunca sentí miedo que me pudiera morder, pero si sentí su desconfianza, su distancia, su miedo a que yo le pudiera hacer algo...cuando se dejó por fin tocar todas las barreras entre nosotros dos desaparecieron y dejamos de ser una humana y un perro para convertirnos en dos seres vivos en coneccion, por unos minutos. Luego, volvió a ser el guardián y se apartó ladrando, como diciendo : porque me tocaste? Con qué derecho me acaricias si no me puedes ofrecer nada? Para qué quieres domesticarme? Tal vez para abandonarme como antes otro lo hizo. Y la desconfianza en el volvió a aparecer mientras me ladraba de reojo, sin mirarme...siento dolor por su abandono, por su soledad y por su aparente "fiereza" , que no es más que una manera de decirnos que no quiere sufrir más.
Palabras de quién lo acarició.

Alicia Ramos.


NO MAS ABANDONO DE PERROS

Marcela Opazo
losperrosdelcamino@gmail.com

10 de julio de 2013

"El silencio inocente"

Tarde especial, a pesar de no sentirme bien, acumulaciones de frío en el cuerpo, ellos no salen de mi pensamiento. Decido subir por ellos, y por nosotras. Es rico sentir el aire invernal cordillerano en el rostro, relajarse bebiendo naturaleza. La cordillera se viste de matices varios en colores diferentes y distintos.

Llegando al camino, algo huele a raro. Ellos no salen a mi encuentro. Raro. Seguimos subiendo, en el sector de la cantera, hay menos cada día. En ese lugar vi salir de los cerros a ese caballero de feo aspecto, de mirada cruel y dura. Raro.

En la curva siguiente nos recibe el sharpei americano que al ver nuestro auto corre, salta, hasta hay brillo en sus ojos negros. Pareciera que algo sonríe.

Seguimos subiendo, no están en el lugar de siempre, los llamo, y de lejos observo que están a una cuadra del lugar. Nos dirigimos lento. Llegando allá, llama nuestra atención bolsas grandes de sacos paperos botados a la orilla de la berma. Me detengo pensando que son perros muertos, otra vez, pero no, son piel, lengua, tripas, patas cortadas de caballos.

Nos detenemos. Noooo, me digo, con rabia e impotencia. Otra vez cuatreros. Las patas de los caballos están a la vista sobre la tierra. Por mi parte ya casi nada impresiona, de tanto encontrar crueldad en contra de los perros que van a botar al camino, siempre acechando la muerte, la vida nos va haciendo distintos.

En el suelo hay bolsas abiertas, miro hacia el lugar donde un perro escarba dentro de la bolsa, tira que tira, es la piel de un caballo cuatreado. Quién me acompaña, no deja de preguntar ¿que pasó?, intento explicarle.

Hay dos bolsas que yacen abiertas, una tiene dentro la lengua del animal.
Entonces apunta hacia otro lugar donde se ve de lejos un cuerpo inerte en el suelo. Vamos a ver. Trato de grabar. No hay mal olor, aún, lo que significa que las especies fueron llevadas durante la noche. La neblina del día anterior y el frío, coopera en la mantención. Siento deseos de abrir las bolsas, se vienen a mi mente las bolsas llenas de perros muertos para una navidad. Coloco el pié sobre una de ellas, la amiga que me acompaña sabe mas que yo sobre intestinos, son las tripas, me dice.
A lo lejos se divisa un cuerpo, de lejos parece un perro muerto. Nos acercamos. No era un perro, sino un potrillo muerto  que no alcanzó a nacer, con parte de su hocico comido, dejándolo tirado en el suelo, después de matar a su madre.

Se viene la ira a la cabeza, tomo el celular, empiezo a llamar a carabineros de la comuna correspondiente, nadie contesta.  Pasan los minutos, la noche y el frío han comenzado a caer, continuo llamando, nada. 

Que hago?...si bien poco creo en la justicia de los hombres, confío en Dios y lo dejo? o ¿intento hacer justicia  desahogándome en mi página?. Acudo a Carabineros, me informan que es el dueño quién debe poner la denuncia cuando se de cuenta que le falta un animal. Entonces...plop. ¿Lo escribo?...¿lo denuncio?...y luego viene lo último. ¿Para que?...si mientras no exista una verdadera ley en contra del maltrato animal  no lograremos nada.

Quiero justicia para esos animales, para la yegua madre que aun no daba a luz y para el inocente que no alcanzó a nacer. La impotencia es enorme cuando no puedes hacer nada, solo confías en alguien supremo al que no conoces en persona, pero en algo tengo que creer para no dejar que la rabia e impotencia aun mas se apoderen de mi.

Los cuatreros no respetan nada, ni siquiera que esa inocente yegua hubiera estado preñada.

Es la vida de ser humano, sin humanidad.

NO MAS ABANDONO DE PERROS