Los Perros del camino

6 de febrero de 2013

"Amo a mi mascota"


Estando en facebook, de repente en el muro me sale esta foto compartida por una amiga.
Al verla mis ojos se humedecen y mi mente retrocede algunos años trayendo momentos inolvidables que vivimos como familia.

Como no recordar aquellos días en que les enseñé a mis hijos amar a los perros, compartiendo con ellos desde que estaban dentro de mi vientre. Recuerdo que estando embarazada, me daba minutos para conversarles, colocarles música, leerles, y siempre estaba a mi lado Javier, nuestro primera mascota, la cual vivió a nuestro lado durante catorce hermosos años.
Luego vino Juju, a quién mi hija vió nacer y  aprendió amar como su hijo, viajaba junto a nosotros a todas partes.  Fue una de las causas de haber elegido su profesión, amar a los animales, gran causante yo.  Y al ver esta foto, vino a mi mente aquel día en que me sentí orgullosa de lo que había criado, a pesar de la pena que teníamos dentro de cada uno de los que formamos nuestra familia, por que Jujú, estaba muy enfermo. Le realizamos todos los exámenes habidos en el Hospital de la U. de Chile, estaba enfermo de los riñones, de a poco fue decayendo, hasta que llegó el día que dejó de alimentarse.  Desesperados nos fuimos nuevamente al hóspital. Allí lo examinaron tres veterinarios, que sabían cuanto lo amábamos, ninguno quería dar el resultado final, fue doloroso, triste, hasta que otro médico dice: no hay otra solución.

La imagen donde está el niño grande, me llegó tanto que no se imaginan, mi hija tomó a su perro, su bebé como le decía, en sus brazos, puso su cabeza afirmada en su hombro, mientras le conversaba de un mundo hermoso,  le cantaba, dándole gracias  por  todos aquellos hermosos años que vivieron y durmieron juntos.  Jujú la miraba con sus ojitos brillantes, mientras por los de mi hija descendía lentamente una lágrima.
Jamás olvidaré esa lágrima, aun siento como desciende.
Al  salir de la clínica...me dice:
Estoy feliz mamá...tuve el privilegio de ser lo primero y lo último que vieron los ojitos de  Jujú.

Desde ese día  siento aún mas admiración por aquella personita que tuve en mi vientre mientras acariciaba a un perro.

Que Dios bendiga a todos aquellos que hoy al mirar esta fotografía se ha sentido identificado.
Cuiden, disfruten y por sobre todo, AMEN A SUS MASCOTAS.
El sufrimiento de la perdida también nos enseña a ser mejores personas.

Esta foto es parte de cientos mas de Amo a mi mascota.

NO MAS ABANDONO DE PERROS

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