"Jazmín"

Jazmín, es una perra mestiza, tipo quiltra con algo, tamaño mediano, llegó al camino aproximadamente siete años, es un milagro que aun sobreviva ya que es "normal" entre comillas que en el sector que la abandonaron asesinan a los perros cada cierto tiempo cuando ven que la población perruna aumenta, llegó en condiciones deplorables, con una sarna avanzada, ultra esquelética, sin saber de donde o hacia donde iba.
Ahi empezó su recuperación, costó que me tomara confianza, fueron momentos difíciles, se dejó morir por días sin querer probar bocado, a medida que pasaba el tiempo me fue aceptando, me agachaba para que sintiera que yo estaba a su altura, luego estiraba mi mano hacia ella, ella la olía con temor y se alejaba.

Al tiempo salió gordita, era extraña verla tan gorda después que había llegado en los huesos, cada vez que iba a tener a sus cachorritos se adentraba entre los cerros, se perdía en ellos hasta que sus hijos pudieran salir con ella al camino a alimentarse, era en ese momento cuando nos dábamos cuenta que tenia cachorros para sacarlos del lugar. Ahí era la gran Loreto quien se la jugaba por meterse entre los cerros y llevarse los cachorros que lograba tomar. Nuevamente Jazmín volvía a quedar sola. La puse varias veces en páginas para darla en adopción. Un día me llama una amiga para decirme que la quiere para un conocido al cual sus perros se le habían muerto de viejito, que maravilla, la Jazmín tenía una oportunidad. Subimos con mi esposo confiada a buscarla que la tomaríamos para llevarla a Rancagua, pero la muy salvaje captaba a lo que íbamos y se escondía. Fueron días de llevarles cosas ricas para poder tomarla, un día bajó corriendo a nuestro encuentro, como si supiera que el queso de cabeza era para ella, se lo dimos de a pedacito, al momento de tomarla, salió disparada hacia el cerro en la noche. Esa fue la última vez que intenté tomarla. Desde ese momento, había que empezar de nuevo a ganarme su confianza y para ello podían pasar meses para que me aceptara.


Cada vez que había un operativo, la muy fresca hacía lo mismo, bastaba que hubiera visto algún movimiento en el sector para que se escondiera en lo mas profundo de los verdes. Nunca la pude esterilizar. Han pasado los años, Jazmín ha sido madre varias veces, era tan buena madre que hasta criaba a los hijos de su amiga, la Ienita. Jazmín aún continúa corriendo entre los cerros, pero los años no pasan en vano, ya sus patitas han comenzado a flaquear quizás al frío acumulado en su cuerpo a través de los inviernos helados, lluviosos y nevados durante años. Cuando me ve llegar, me duele en el alma ver los sacrificios que hace para salir a saludarme, siempre fue la primera en ir a recibirme, hoy es la última a menos que esté sola esperándome. Vean como me recibe en el video, se para, se contornea entera para saludarme. Es tan exquisita la perra.



Siempre digo que la esperanza es lo último que perdemos, yo no pierdo las esperanzas de poder traerla a la ciudad, de ir a dejarla donde ese alguien que la quiera adoptar con sus carencias físicas a futuro tal vez. Jazmín es tierna, tiene algo especial en sus ojitos que le brillan, se ve feliz a pesar de su abandono, esa felicidad es mi mayor premio al recordar los momentos en como llegó al camino. Si tu crees que es posible adoptarla, por favor no demores en comunicarte conmigo, estando dentro de mis posibilidades me comprometo con todos ellos hasta el final, ya no depende de mí, depende de todos los que nos la jugamos por los perros del camino. Estaré esperando por tí, solo falta que tu lo sepas.

NO MAS ABANDONO DE PERROS

Marcela Opazo