Los Perros del camino

15 de septiembre de 2012

"Parientes abandonados"

En el mes de Febrero, tiempo de vacaciones, tiempo de dejar la ciudad e irse de viaje a las tan ansiadas vacaciones, llegaron de la noche a la mañana alrededor de veinte perros, todos similares, perras hembras con cachorritos, machos bravos dominantes que no dejaban siquiera poder acercarse a los cercos del lugar.


Todos eran similares, en colores, en portes, padres, hermanos, hijos, hasta la abuelita en época post menopaúsica.
Fuerte intentar imaginar como llegaron a ese lugar. El asombro fue grande al encontrarme con tanto perro abandonado.
Tal vez pertenecieron a una de esas personas que por falta de educación y sin dinero, no esterilizó a sus hembras se fueron llenando de perros, irresponsablemente, hasta que llegó el día de deshacerse de ellos por no tener como alimentarlos. Muchos de ellos en estado famélico, con su cuerpo sin pelo a raiz de enfermedades, o por que no faltó el que le tiró agua caliente a una de esas perritas cuando estaba en celo.

Al momento de darles alimentos, los mas grandes solían tirarse en pleno a la comida. Hambrientos de todo, pero orgullosos a morir.
Imposible distinguirlos inmediatamente, por su parecido.

Entre ellos logro acercarme a los mas pequeños, lentamente me acerco, con temor hacia los perros mas adultos. Cuesta acercarse, no paran de ladrar, en mi contra. Hasta intentan tirarse encima.
Hacía tiempo que no llegaba tal cantidad de perros, y mas siendo parientes.
La pena me consume. Que hacer?
Como no ponerme en el lugar de ellos, después de estar confiados junto a su dueño, de un día a otro se ven abandonados en un lugar sin luz, sin agua, y sin comida, y menos una mano conocida que los acaricie.
Todos ellos están mal, sicológicamente mal. Están a la defensiva, con el temor que les van hacer algo.
Cuesta imaginar que su dueño o dueña, tuvo el coraje de ir a botarlos al camino. Pobres perros, que culpa tienen de la maldad humana.

Con el tiempo, se logró sacar uno que otro cachorro, pero lamentablemente no a todos. Su madre una perra alfa brava, cada vez que intentaba tomar a los dos últimos cachorritos que quedaban, toda la jauría se venía encima, a los pies, a la ropa. Solo dejando al pequeño en tierra, ellos te sueltan los pantalones, y se retiran.

Esas perras volverán a preñarse, volverán a tener cachorritos varios, tal vez lo mas seguro que algunos mueran y los otros se vayan quedando y asi sucesivamente. Es el abandono de perros en nuestro país.

Un día al ir subiendo me encuentro que en el lugar hay un animal grande muerto dentro del cerco. Pienso, ya la gente que habita en el lugar se está cansando de ellos y que mejor que ir a dejarle un animal envenenado por si caen y se alimentan. Asi pasó innumerables veces con la jauría Brava, ya extinguida del camino. Como no recordar las veces que le dejaron gallinas envenenadas, las que pasaban días y días bajo el sol, y los perros inteligentes, no se las comían. Y como no daba resultado dejarles animales envenenados, empezaron con los disparos.


Algunos de ellos desaparecieron, el olor a perro muerto se siente en el aire, pero ahí están los mas bravíos, los que logran sobre vivir en la ley de la selva. El mas grande siempre se come al mas chico, pero ellos a pesar de tener hambre, respetan hasta el cachorrito mas pequeño. La sangre tira, son todos parientes.




Pasó el invierno, cada vez que iba al camino, el alimento se hacía poco para tanto perro. Pero ellos entre si se respetan, se quieren con su instinto. Entre todos se defienden.
Trato de pensar que a pesar de llevar algunos meses se han ido acostumbrando a esconderse en los cerros para guarecerse de los fríos invernales, de la lluvia caída.
Llegó septiembre, ellos, los mas fuertes, aun están en el lugar.
Cuando sienten que llega mi vehículo, ellos levantan sus orejitas al verme de lejos, salen contentos a encontrarme, rodean mi auto de manera brutal, y aún me hacen sentir temor cada vez que en patota se me acercan. Les saludo y les converso para entrar en confianza, ellos me miran con sus ojitos brillantes, pero cuesta adentrarse en esa familia.
Siempre los encuentro con su balde para el agua dado vuelta, sin nada del vital elemento.
Pienso que se viene el tiempo de calor, altas temperaturas, y ellos están en un lugar donde el agua es terriblemente excasa. Un perro sin agua difícil que sobreviva.

Cuesta entender por que los dejaron.
Ya no pierdo mi tiempo en pensar, solo intento seguir subiendo con lo que pueda tener para alimentarlos. Hasta el pan duro les sirve para llenar sus guatitas.

Son todos similares en color, similares en personalidad, pero iguales en la tristeza que entregan sus ojos cuando me miran.

Ha sido un gran desafío, como en aquellos tiempos de los comienzos de subir con casi la nada misma en ayuda hacia ellos.
Desafío que acepto hasta que Dios me lo permita, o se los permita a ellos. Agua, pellet, pellet y agua.

En este momento es casi imposible tomar alguno de ellos y pensar en darlo en adopción. La esperanza no puede morir, hay que continuar trabajando el amor, la seguridad y la confianza.
De no lograrlo, solo la muerte los hará libre de tanta tristeza.

NO MAS ABANDONO DE PERROS

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