"Feliz Día del padre"

La sonrisa en mi rostro no se me quitaba. Todo dispuesto.Fue increíble que en tan pocos segundos podemos cambiarle la vida a varias personas rescatando y recuperando un perro en el abandono.

Ni siquiera nos esperaban, pero nos despedieron casi hasta con aplausos, la emoción de que la Cocky tuviera una nueva oportunidad alegraba a locatarios y guardias.
Que manera de despedirse: Vayase confiada le decían. Hoy comienza otra vida, no mas penurias miserables en el abandono.
La subimos al auto, se vino tranquila en compañía de ese "padre aperrado" que hay en mi hogar, y también mi cómplice, quien le conversaba del futuro tan esperado por nosotros en cada perro abandonado que encontramos.

Nos vinimos directo a nuestra casa, la tomo en brazo directo a la tina, para ponerla mas hermosa de lo que es, ni les cuento como salió el agua, la cantidad de grasa camionera que tenía su piel, ella muy confiada se dejó bañar, se dejó que le hiciera su corte de peluquería, limpieza de oídos, corte de uña.

Que felicidad mas grande, tenerla en mi casa preparándola para entregársela a esa maravillosa persona que me la había pedido el mismo día. Después de bañarla con agua tibia y secarla con airecito caliente, le devolvió en algo el brillo de sus ojos. Ya estaba empezando a confiar.

Llegó la hora de ir a presentarla con su nueva dueña, la persona que no miró cuanto gastaría en ella, pero la deseaba para hacerla su compañía día y noche.
Mis ojos brillaban de la emoción sentida, ya no era una simple perra abandonada, para mi era la Reina de la Dama y el Vagabundo.

Llego al lugar, toco el timbre, sale ella, la Sra. Maríalicia, que me abraza como si me hubiera conocido toda la vida, la llevo al auto, donde se la muestro, la bajo, se la entrego, el recibimiento que su actual dueña le dió fue increíble.

La Cocky se aferró a su cuerpo, como si ambas se hubieran encontrado de siempre.
La hubiese querido para mí, pero sería egoísta e irresponsable de mi parte, si pensara en mí y no en ella. La Cocky tendra todo lo que un día le quitaron, creo que aun mas.
Se notó mi mirada humeda al despedirme.
El beso de despedida que les doy a los perros que entrego en adopción, jamás los olvido.

Todo terminaba para mí...en cambio para ella empezaba una nueva oportunidad.
Gracias Marialicia por esa entrega, y ese amor que vi que posees.

Quise contarles esto como un regalo para un día muy especial...el día del padre.

No olvidemos que aun falta la Pelusita, una perra albina mestisa maltes, y un cocker blanco, ahora de tí depende. Yo me comprometo siempre con ellos.

Bendiciones para todos los padres que aman a sus hijos, y aceptan a sus mascotas hasta el fin de sus días.

Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio. Todo depende de tí, en como enfrentarlo.


Marcela