Los Perros del camino

20 de noviembre de 2008

"La Cucha"...Atención Valdivia.

La Cucha, vive en la ciudad de Valdivia, es una perra mestiza tamaño mediano color café zanahoria, quedó abandonada en la calle el día que sus amos decidieron irse de su casa a otra ciudad, a escondidas y sin dejar rastros.
Desde aquel abandono ya han pasado dos años, los que han sido terriblemente duros para una perra que vive en la calle, en una ciudad que se le conoce por lo lluviosa, una ciudad que está ubicada en el sur de Chile. Lamentablemente supo conocer lo hostil, la tristeza de las noches solitarias sin estrellas, acompañadas de viento, frío, todo ese sufrimiento ha cambiado la alegría que antes tenía en sus ojos, hoy su mirada es triste, lejana, ya no es la perra feliz que corría tras los niños cuando estos jugaban a la pelota, o cuando salía persiguiendo los gatos de sus vecinos. La vida la cambió desde que sus amos brutalmente decidieron abandonarla y mandarse a cambiar como los cobardes.
Aprendió que para estar sola abandonada en la calle, tiene que saber agachar el moño, humildemente para dar lástima y algún vecino se apiade de ella, y le acerque un pellet, o un poco de comida casera, pero así como hay vecinos de gran corazón, no falta el desgraciado que la echa, le tiran piedras y ahuyentan con palos.
Durante este tiempo, Cucha ha tenido tres partos, uno de ellos fue en pleno invierno, en medio de un feroz temporal, estando tan cerca, nadie se percató que ella estaba preñada, que iba a necesitar un lugar calentito para que sus crías vinieran abrir sus ojos en este mundo. Aquel día Cucha buscó en un humedal un hoyo, rascó y rascó, hasta que logró agrandarlo, quedando convertido en una cueva, donde parió a sus hijos. La buena voluntad de algunos vecinos intentaron sacar lo antes posible a los cachorros de ese lugar, pero con tan mala suerte que ya era muy tarde, por su difícil acceso, así los cachorros fueron creciendo y saliendo por sí solos de su cueva, de a poco se los empezaron a ganar, tirándoles pedazos de carne y granos de comida.


Cuando los cachorros lograron salir los vecinos los tomaron, les buscaron una casa, mientras de a poco se empezaron a ir cada uno de ellos a sus nuevos hogares, donde confío que los querrán y respeteran.
A medida que iba pasando el tiempo, Cucha siguió de casa en casa de los vecinos, se convirtió en la regalona de la cuadra, pero ninguno correría el riesgo de quedársela por a, b, o c motivos, jamás pensaron que la historia se volvería a repetir y meses mas tarde volvió a dar a luz en forma que nadie siquiera sospechó… parió en medio de la calle tratando de llegar al pasaje y sus cachorros fueron quedando en el camino, siendo atropellados sin piedad. Fue ahí en donde Silvia la inscribió en un programa de esterilización de la Universidad, pero la lista es gigantesca, hay que esperar que llegue su turno durante mucho tiempo.
Fueron pasando los meses, Cucha, volvió a cruzarse, pero esta vez Federico, un vecino del pasaje y Silvia, al verse tocados por el sufrimiento de la Cucha, prometieron darle un hogar, a pesar de saber que la perra estaba acostumbrada a callejear, que intentaría salirse por cualquier lado donde pudiera. En uno de esas cotidianas arrancadas a dar una vuelta por la calle

Llegó el momento del parto, y para mas remate le tocó cuando andaba en la calle, en eso se acercó uno de esos típicos personajes que odian a los perros, se le acercó para tirarle bencina, como una manera de echarla del lugar y se fuera a parir a otro lado. Al buscarla, la encontraron tirada en la calle pariendo y quemada con bencina. Federico y Silvia la tomaron, la llevaron a su casa, le acomodaron lo mejor que pudieron una caja donde vendrían mas tarde sus retoños, mientras tanto limpiabamos sus heridas para mitigar un poco el nuevo sufrimiento de esta pequeña.
Nacieron cinco sanitos cachorritos, Cucha por fin por primera vez desde hace mucho tiempo, se sintía protegida en un lugar seguro para ella y sus cachorros. Y como recordando antiguos tiempos, decidió hacer en medio de la leñera una cueva donde fue colocando uno por uno a cada uno de sus cachorros, como lo había hecho antes para protegerlos en caso que algo sucediera.
Hoy, Cucha tiene un hogar verdadero, pronto será esterilizada, la vida le dio una nueva oportunidad junto a Federico y Silvia.

Confiemos que habrán mas Fedéricos y mas Silvias en nuestros alrededores.

Continúa.
NO MAS ABANDONO DE PERROS


Marcela Opazo
losperrosdelcamino

1 comentario:

  1. que linda la historia!!!

    mi correo es belenvn@gmail.com

    son de valdivia?

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Muchas gracias por atreverte. Son pocos los valientes que se atreven a dar a conocer sus ideas.