Los Perros del camino

3 de julio de 2008

"Pit"

Iba subiendo un día, a fines de Diciembre cuando me llamó la atención un perro nuevo en el camino. Era un perro de cuerpo rudo, robusto y muy musculoso. Su cabeza grande, ancha, fuerte, redonda vista desde el frente. De ojos redondos, muy vivos y fugaces.
De tanto oir hablar negativamente de la raza pitbull, su sola presencia impresionaba a mis ojos, me turbaba su mirada, tenía miedo a su carácter, sentía pavor acercarme, de repente bajé de mi auto, me voy a la maletera para sacar alimento y ofrecerle. Pit...lo llamé así por su condición de raza pitbull, para distinguirlo por su nombre de los demás, se me acercó corriendo moviendo su rabo, me quedé quieta y le ofrecí alimento, el, hambriento y fuerte, comió como si nunca lo hubiera hecho. Su cuerpo era un tanque, pero se notaba en su piel varias cicatrices de peleas, como de cortes profundos en su cuerpo.

Ahí comenzó nuestra amistad, mientras comía, le acariciaba suavemente su cabeza, pero siempre recelosa de como el actuaría. No hizo nada, siguió comiendo, feliz, moviendo su cola. Se habituó a esperarme sentado en el camino, a la hora que yo pasaba...y pobre del perro que solía acompañarme en el trayecto corriendo detrás de mi auto, si lo veía acercarse a mí, lo agarraba y no había forma que lo soltase, eran las tremendas peleas habituales cuando había otro perro cerca de el. Costaba mucho separarlo, me las sufría todas al verlo como agarraba al perro que tuviera en frente de el, lo apretaba con su mandíbula y lo podría matar de tanto apretar, aprendí con el, que tenía que mandarlo, darle órdenes en forma ruda y tajante. Quería ser el, siempre...el primero y último en comer, en tomar agua, pero a pesar de su tozudez, yo sentía que me quería, me lo demostraba cuando torpemente se paraba en dos patas, afirmado en mí, e intentaba que yo le hiciere cariño a el en forma obligatoria. Con el tiempo, le fuí tomando cariño. Sus ojos negros me cautivaban como dos faroles en la oscuridad. Era juguetón, entregado y confiaba plenamente en el humano.

Un día me llama Macarena al celular y me dice que hay un perro atropellado, al parecer es el Pit, me dice. Imposible le digo yo, como va a estar muerto.
Al día siguiente cuando me dirigí al camino, persando que Maca se había equivocado o que yo no quería aceptar su atropello al imaginar toda su fuerza, lo busqué por todo el sector, solo encontré esto:

Al parecer fue un camión de esos enormes camiones que pasan a toda velocidad sin respetar a nadie, lo atropelló dejándolo como si una aplanadora le hubiera pasado por encima.

Ahí quedo el "Pit", un perro de raza American pitbull terrier, que un dia quizás le dió muchos triunfos a su dueño en las peleas que lo llevó a participar, prueba de ello eran las cicatrices que tenía en su rostro y cuerpo.

A pesar de todo, un perro...un perro sin culpa de ser de una raza rechazada. Raza catalogada por la gran mayoría, asesina.
No creo que haya perros malos como se le acostumbra dar a conocer por sus instinto asesino, creo que hay malos dueños, lo mas seguro irresponsables en la tenencia de mascotas, quizás por ignorancia de la raza. Pienso que todo va en la forma de sociabilizar, educar y el medio ambiente, vitales en el correcto desarrollo psicológico de este tipo de mascota.
Considero que esta raza como tantas otras, está dotada de gran fidelidad e inteligencia, aunque sea tozudo en ocasiones, de querer llevar su idea. Es sorprendente el grado de fidelidad y devoción que puede procesar hacia su amo; puede llegar a ser el amigo más leal e incondicional que una persona pueda encontrar...siempre que se enseñe y se le eduque con responsabilidad y cariño.

Pit fue otro perro abandonado en el camino...fué víctima de un humano que no midió consecuencias en su sufrimiento.

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