Para tí...Evelyn.

Yo leo y lo sabes muy bien. Todo lo que he leído hoy, lo he vivido en mi propia piel, sé de la existencia de personas que valen una miseria como humanos, como también de veterinarios que no tienen idea lo que es un síntoma para diagnosticar una enfermedad, pero se llenan la boca con su título comprado en alguna universidad privada, he conocido tantos de esta especie, pero también de los buenos, aunque sean poquísimos, se mucho mas de lo que se piensa, y al igual que tu, yo soy una de aquellas que defiende e intenta dar protección a los perros abandonados de nuestro país. Toda mi vida he gritado por ellos. Nadie tiene la culpa de elegir lo que nos toca tener en vida, nadie pide venir a sufrir, solo que los que aceptamos la vida como lo que es, sabemos que la verdadera felicidad está en dar, no importa a quien, y con mayor razón a aquellos que no tienen derecho a gritar por defender su honra. Te entiendo muy bien, he sufrido muchísimas veces esa impotencia de no ser comprendido, pero sabes que?...hoy me da lo mismo, no me interesa lo que piense la gente, mientras yo sepa que lo hago es bien recibido a los ojos de Dios, perfecto. Me sonrojo cuando me dicen que me admiran, porque yo no hago nada para que lo sientan, yo soy como soy...y soy mas feliz en el suelo jugando con un perro, que llenándome los bolsillos a costa de los demas como lo hacen muchos que lucran usando a los animales. Quizás muchas veces caiga mal mi manera de ser tan directa, pero solo intento ser sincera conmigo y los demás. Quienes me conocen, me aceptan y me aman tal cual, y yo lo agradezco con la emoción en mis ojos. No te aflijas, mas vale intentar saber ponerse piel de cuero de chancho...solo el tiempo te dará la razón, paciencia. Llevo decadas haciendo cosas. Muchos escriben y algunos critican porque no voy a las protestas animalistas cuando las llaman, sencillamente, porque allí no sirvo. Porque no ayudo a los niños?...porque hay muchos que lo hacen y se jactan a viva voz de ello. Hay mija...estaría toda la noche contándote cosas, pero ya el cansancio comienza a pesar en mi cuerpo, fueron horas de estar, de esperar que un cachorrito pudiera salir de su guarida para poder tomarlo, subirlo al auto y traerlo. Estuve en el camino una vez mas, pero mañana tendremos un cachorro menos para alimentar, un cachorro menos que no dormirá bajo un cielo oscuro y taciturno.

Mi corazón feliz. Gracias mi Dios.

Gracias para Andrea Cervantes por ser mi compañía en esta aventura.

Gracias para la Sra. del auto que detuvo su marcha y puso en mi mano, un rosario.

Gracias para quién hoy llegó antes que mí, a dejar alimento. Si me lees, dejame tu correo.

Un abrazo y mi respeto para tí, Evelyn y para todos los que piensan que este mundo aun se puede cambiar.

Marcela